Carta con respuesta

Condones caducos

Leo que "Bruselas propone rebajar el IVA a los pañales y a los preservativos". Los impuestos para esos productos en España pasarían del 16 al 7 %. Me parece muy bien que rebaje el IVA de los pañales, pero ¿de los condones? Ante las manifestaciones de los agricultores y pescadores europeos por el aumento de los costes de producción, el presidente francés propuso reducir el IVA al gasoil agrícola y pesquero. La Comisión Europea (CE) contestó que eso no se podía hacer. Si no se pueden bajar los impuestos al gasoil para producir alimentos y sí a los condones, me pregunto: ¿Qué escala de prioridades tiene la CE? ¿Es más importante favorecer la promiscuidad de los europeos que atajar el hambre de los países en desarrollo? ¿Tan fuertes son algunos poderes fácticos o empresas multinacionales? Como en otras ocasiones. utilizaremos el condón y tranquilizaremos la conciencia con algunos euros de limosna.

XUS D. MADRID PALAMÓS (GIRONA)

Escala de prioridades? La Comisión Europea no tiene ninguna escala de prioridades, más allá de conseguir que aumente el beneficio de sus patronos. Como se sabe, la Unión Europea no es más que una estrategia empresarial para crear un inmenso mercado interior en toda Europa. Los políticos, como también se sabe, no son más que empleados, están en la nómina de las empresas (aunque algunos disimulen o no se den por enterados). Como tales, no hacen más que tragarse cualquier sapo que les pongan delante. ¿Una ley de retorno? Venga, sin masticar. Y encima, si hace falta, diremos que es progresista. ¿65 horas semanales y adiós a la negociación colectiva? Venga, haremos un par de gestos de asco y al final

deglutiremos el batracio disimulado con besamel.

Usted dirá que soy un optimista, porque en realidad para ellos no son sapos, sino deliciosas ancas de rana. Las devoran con fruición. Quizá sea así, porque, si no, ¿cómo se explica que el lema de Zapatero sea "¡A trabajar y a consumir!"? Es digno, no de un socialista, sino del más déspota de los capataces de una fábrica. La idea es embrutecernos todo lo posible: trabajar sin descanso por un sueldo que nos dé lo justo para consumir como idiotas y mantener la empresa. 65 horas semanales y la pantalla de plasma: ¿es ésa la diminutiva esperanza que nos ofrecen?

Ahora, en cambio, le diré yo que el optimista es usted. ¿Los condones favorecen la promiscuidad? Pues primera noticia. ¡Ojalá! Si fuera tan fácil compraría un par de cajas y a efectuar coitos como un descosido, a diestro y siniestro, pero qué va: a mí los condones me caducan con más facilidad que los yogures y, por más condones que transporte en todos los bolsillos, eso de la promiscuidad es como la muerte o la lotería: siempre les toca a los demás.

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