Pato confinado

Receta de duelos y quebrantos: el revuelto más cervantino

Duelos y quebrantos.
Duelos y quebrantos. Foto: Jorgehdezalonso - Wikimedia Commons. CC BY-SA 4.0.

Esta es una receta muy cervantina, citada nada menos que al principio de El Quijote (cuando Cervantes hace un perfil del personaje en función de su dieta).

Son los duelos y quebrantos, una mezcla de chorizo y huevo, con un poco de tocino (o panceta) y cebolla y ajo. Comida propia de pastores o labriegos, sería como un revuelto de embutidos, un fast food de las estepas pretéritas, hecho en cazuela de hierro o barro.

Lo comía El Quijote los sábados, como si fuera una fiesta, y para demostrar acaso que era cristiano viejo, pues casi todo es cerdo en esta receta, a la que también llamaban la merced de Dios.

Pero no está claro que esta fuera la receta original a la que hace referencia el escritor. Se discute que quizás se tratase más bien de huevo mezclado con algún despojo, como sesos de cabra (lo cual tendría más sentido con la mofa que hace Cervantes de su triste hidalgo a partir de su alimentación).

Está considerado hoy un plato histórico y tradicional de Castilla-La Mancha. Calórico, grasiento, del que no se puede abusar, está claro, pero delicioso si se usa una buena materia prima como la que tienen en dicha región de España.

Duelos y quebrantos

Ingredientes 4 personas:

  • 4 huevos
  • 100g de tocino ibérico, cortado en dados medianos
  • 100g de chorizo, cortado en rodajas finas
  • 1 cebolla, picada
  • 2 dientes de ajo laminados
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal y pimienta al gusto
  • Pan tostado (opcional, para acompañar)

Prepara los duelos y quebrantos:

  1. En una sartén grande, calienta un poco de aceite de oliva a fuego medio. Agrega el tocino y cocina hasta que esté dorado y crujiente (como si fueran torreznos). Retira y reserva.
  2. Añade la cebolla cortada en juliana fina y los dientes de ajo, y cocina hasta que la cebolla esté transparente y blanda.
  3. Agrega el chorizo y cocina por unos minutos más para que se integren los sabores. Reintroduce el tocino.
  4. Añade los huevos directamente sobre los embutidos, espera a que cuaje un poco, y remueve como si fuera un revuelto. Que quede jugoso.
  5. Sazona con sal (si fuera necesario) y pimienta al gusto.
  6. Una vez listo, sirve el plato caliente acompañado de pan tostado.

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