Pato confinado

Receta de rosbif: la carne asada a baja temperatura que se puede comer fría

Rosbif.
Rosbif. Foto: Public Domain / Wikimedia commons.

El rosbif es una carne aliada del verano porque se puede comer fría y se adapta a muchas recetas, combinando con vinagretas, salsas o incluso ensaladas, y porque está riquísimo.

Es una receta clásica de la gastronomía occidental (muy british), una carne especiada y asada al horno a baja temperatura. Necesitarás un termómetro de cocina porque controlar la temperatura es fundamental en esta elaboración; de lo contrario, puede salir demasiado hecha o seca. Se introduce en el interior de la carne mientras está en el horno.

Debe servirse siempre con sus característicos tonos rosáceos en el centro, una vez lo cortes en rebanadas finas, y con su costra bien sellada y marinada en el exterior.

Se corta en rebanadas que se sirven al modo de un carpaccio grueso. Y una vez lo tengas preparado, sirve para casi todo: un sándwich frío, una ensalada de pasta o junto a una crema de verduras espesa o un puré...

Escoge una carne de buena calidad (se suele usar una pieza entera de lomo alto de ternera) y asegúrate de que, antes de introducirla en el horno, esté a temperatura ambiente.

Receta de rosbif

Ingredientes 4-6 personas:

  • 1 pieza de lomo de ternera (aproximadamente 1.5 a 2 kg)
  • 3 dientes de ajo, picados
  • 1 ramita de romero fresco, picado
  • 1 ramita de tomillo fresco, picado
  • 1 cucharada de mostaza de Dijon
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • Sal y pimienta negra molida al gusto

Marina la carne:

  1. Precalienta el horno a 220°C.
  2. Saca la carne del refrigerador y deja que alcance temperatura ambiente durante unos 30 minutos.
  3. En un bol, mezcla el ajo picado, el romero, el tomillo, la mostaza de Dijon y el aceite de oliva.
  4. Frota esta mezcla sobre toda la superficie del lomo de ternera, asegurándote de que quede bien cubierto.
  5. Sazona generosamente con sal y pimienta (que formen una costra al hornearse).

Sella y hornea el rosbif:

  1. Calienta una sartén grande a fuego alto.
  2. Agrega un poco de aceite de oliva y sella el lomo por todos sus lados hasta que esté dorado (unos 2-3 minutos por lado).
  3. Coloca el lomo sellado en una bandeja de rejilla para hornear. Pon debajo una fuente para recoger sus jugos que puedes utilizar para hacer una salsa gravy.
  4. Inserta un termómetro de cocina en la parte central de la carne desde un costado.
  5. Hornea en el horno precalentado hasta que el termómetro marque 50-55°C. Esto debería tomar entre 25-40 minutos dependiendo del tamaño y grosor del lomo.
  6. Saca el rosbif del horno y cúbrelo con papel aluminio.
  7. Deja reposar durante al menos 15 minutos. Esto permite que los jugos se redistribuyan por la carne.
  8. Corta el rosbif en rebanadas finas.

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