Me parto de la risa cuando algunos ridiculizan mis denuncias de homofobia como innecesarias. Ya no me hace tanta gracia cuando las variantes más maliciosas, soberbias y extremistas de esa lamentable especie de homófobo por tradición, juegan a reclamar una imposible discriminación hacia ellos, replicando con términos que a nosotros nos han salido de la sangre, la muerte y la lágrima, su supuesta opresión.
Así se pueden leer aberraciones intelectuales y lingüísticas, verdaderos oxímoron, como "heterofobia" (dejaremos para otro día esa estupidez de improvisar "gayfascistas" para intentar diluir la realidad de un extremismo religioso imperante con firmes vínculos con el fascismo). El opresor, el poder hegemónico que ha provocado las opresiones a las minorías, no puede venir 20 siglos después a denunciar como opresión la mera pérdida de su capacidad de torturar, encarcelar, humillar y oprimir a otros. Eso no se llama opresión, queridos cristofascistas, se llama "ya no podéis destruir vidas con tanta facilidad... y mucho menos con un séquito de palmeros de la homofobia jaleando vuestra orgía de odio". A la Iglesia y a sus peones de la derecha, se les atraganta mucho que la sociedad española ya haya superado esos tiempos y no quiera vivir en el odio, el rencor y la ruindad.
Pero ellos insisten. Aunque con ese simplón juego de "me apropio y burlo de tu retórica, de tu lucha, distorsionada" (un juego cada vez más en boga entre la derecha neofranquista y que nos remite a una España, infantil, antigua, pacata, arcaica, sometida y miedosa), quede más que patente que jamás han vivido situaciones como la que la actriz de televisión abiertamente lesbiana Leisha Hailey y su novia Camila Grey sufrieron en un vuelo de la deleznable compañía de bajo costo Southwest Airlines, por el mero hecho de ser abiertamente lesbianas y vivir su afecto con naturalidad. Sencillamente, la actriz de series como la icónica "L Word" (L de lesbiana) fue expulsada de un avión por besar a su novia Camila Grey.
Tras la manipulación de la información por parte de la línea aérea, achacando su discriminación a un comportamiento "excesivo" de la pareja (estrategia habitual de los homófobos que quieren transmitir nuestra amputación vital como norma habitual de convivencia), la pareja ha publicado un comunicado de prensa en la página de su banda de música Uh Huh Her aclarando las cosas. Me permito traducirlo para ilustración de lo sangrante que es la homofobia hoy en día:
Siempre hemos promovido la tolerancia, la apertura y la igualdad tanto como banda como individuos. Ambas venimos de hogares amorosos en los que nuestros padres no solo nos quieren y aceptan, sino que también están orgullosos de quienes somos. Creemos que todo el mundo tiene derecho a vivir abiertamente en esta sociedad como iguales. De ninguna manera fueron nuestros comportamientos en Southwest Airlines excesivos, inapropiados o vulgares. Queremos dejar claro que de ninguna manera estábamos "morreándonos" o montando ningún espectáculo, fue un modesto beso. Somos mujeres adultas y responsables que van por la vida con dignidad. Simplemente estábamos siendo afectuosas, como cualquier pareja normal. Llevábamos en el avión menos de 5 minutos cuando todo fue dicho y hecho. Nos responsabilizamos completamente de ponernos verbalmente aireadas con el asistente de vuelo tras habernos dicho que era "una compañía aérea familiar". Nunca se nos comunicó la razón por la que el asistente de vuelo se nos acercó, se limitó a regañarnos con que "debíamos ser conscientes de que Southwest Airlines era una compañía aérea dirigida a la familia". Da igual lo bajito que susurres la homofobia, eso no lo hace menos chillona. No puedes susurrar el odio. Le pedimos a esta línea aérea que le enseñe a sus empleados a no discriminar a ninguna pareja, jamás, sin importar sus creencias personales. Queremos vivir en una sociedad en la que si tus seres amados se reclinan a darte un inocente beso no sea catalogado de "excesivo o no dirigido a la familia" por una corporación y sus empleados. Nos parece muy perturbador que la misma compañía que se publicita como gayfriendly o abierta a la comunidad LGTB haya manipulado un incidente desagradable que ocurrió para convertirlo en que nuestro comportamiento fue "demasiado excesivo". Lo anterior no es una disculpa y estamos en proceso de formalizar una demanda contra la compañía aérea. Esperamos que cuando todo haya sido hecho y dicho una mayor tolerancia sin prejuicios surgirá.
Sólo puedo decir que estas mujeres lesbianas son mis heroínas y que "ole vuestros ovarios". Qué orgullo tener a personas excepcionales, valientes y generosas como ellas en nuestra comunidad.
La homosexualidad no es una enfermedad. La homofobia sí.
Comentarios
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