Mi televisión y otros animales

Tele para rajar

Los americanos tienen nombre para todo, incluso para el tío rubio ese que sale en las películas con Ben Stiller (otra cosa es que yo me lo sepa). Una de las cosas más fascinantes que han bautizado los yankis es la bitching tv. Podríamos definirla como la "tele para rajar", esos programas que uno ve no por su calidad sino por las risas que se echa durante la emisión con sus amigos, con o sin la ayuda de catalizadores químicos.

Si quitamos momentos especiales como Eurovisión, Miss España y el mensaje del rey, la semana pasada el trono de esta categoría era sin duda para El juego de tu vida, mi gran placer culpable (cualquier día empiezo a twittearlo). Desde este lunes, y como diría Yoda: "hay otro".

Suelo ser coherente en eso de rechazar la compañía para los vicios solitarios, así que algo debía olerme cuando quedé con la competencia (desde el cariño y la total falta de respeto) y familia para chutarnos Granjero busca esposa. Bitching tv en estado puro.

¿Como programa, como concurso? ¡Yo qué sé! Como tele para rajar es la crème de la crème. Perdón, déjenme adaptarme a las circunstancias: es la hostia, tía. El ritmo, la gracia y todas esas mierdas ya se las pusimos en casa. Lo que ponían en la pantalla no era más que una excusa.

Creo que en ningún momento explicaron las reglas del formato. Y si lo hicieron, se perdieron cómo lágrimas en la lluvia entre nuestras ponderaciones de la media gruesa de chonis que campaban (y nunca mejor dicho) por esa tele de diox. ¿No se trataba de eso? Si los aspirantes tienen derecho a ponerlas a parir ante varios millones de espectadores, no íbamos nosotros a ser menos, que somos mucho más ingeniosos, dónde va a parar.

Me imagino a Joaquín Reyes como loco tomando nota de algunos hits del programa:

- El vídeo en que uno de los granjeros acaba la frase "no he encontrado mi pareja ideal" sobre un plano de unas ovejas (no es cabroncete ni nada el montador).

- La sistemática aparición del chico de las tremendas orejas a contraluz o sobre fondos oscuros. Marcando ahí.

- "Vi cuando cogieron a Paquirri. Me dio mucha pena".

- El granjero con cara de chino, procedente de un pueblo llamado El Pego que decía parecerse a Richard Gere. Es un infiltrado del Follonero fijo.

- "Yo es que de vino no entiendo, yo es que soy más de güisquis".

- El progresismo que destila la selección de candidatas: "me guhta musho porque tiene un buen pesho"; "porque es mu guapa, tiene mu buen cuehpo y... y... y es mu sensilla". Y todo así.