Mi televisión y otros animales

Miedito

Pese a lo que puedan pensar, no voy a hablarles de la lista de Supervivientes de este año. Les recuerdo que el lunes dejé de lado otras opciones para ver Una bala para el rey y para trabajar en el formato con el que Isabel Gemio podría volver y desarrollar todo su auténtico potencial en televisión: Tengo una bala para ti. Yo lanzo la idea, por si algún directivo me lee.

El desenlace confirmó mis sospechas: que el primer capítulo era poco más que relleno y que al final no mataban al rey. Les recomiendo que no hagan valoraciones sobre esto, que luego les moderan los comentarios y se enfadan.

Volvió a quedar patente, eso sí, el poco cuidado que puso producción, entre otras cosas con un planazo de una oficina del BBVA, entidad creada en 1999, cuatro años después de la fecha en que se desarrolla la ficción. Destaco el momento sitcom en el que el cachorro de etarra dice "casi ganamos" refiriéndose a la selección española. Ante la gélida mirada de Zárate (Mon Ceballos), rectifica: "ga... ¡ganan! Ellos. Los españoles". Me faltaba Gonzalo de Castro en esta secuencia.

Para ponerme al día, me he enchufado el primer capítulo de Hay alguien aquí, de Cuatro, y Terror en estado puro (Fear itself). Lástima que los de Sogecable el lunes emitieran algo así como el undécimo episodio de la ficción americana, para que encajara más con el tema de su producción propia. En cualquier caso, me sirvió para hacerme una idea: antología de miedín tipo Alfred Hitchcock presenta o Twilight Zone o El club de medianoche. El episodio que yo vi se lo podían haber ahorrado poniendo Los wurdalak, que por lo menos sale Boris Karloff en lugar de la secretaria golfa de Californication.

Aaaaaaaaaaaaaah, vaaaaaaaaaaale. Por eso.

Mucho más interesante como propuesta es Hay alguien ahí. Sí, amigos de la televisión española: ¡hay géneros más allá de la comedia y el constumbrismo! Por el momento sólo sabemos que hay una casa encantada y un comentarista de televisión intrigadísimo por ver cómo mantienen el interés durante más de un episodio con un elemento que normalmente da para un segmento en el especial Halloween de Los Simpson y poco más.

El guión paga el tributo del capítulo demasiado largo, lo que obliga a multiplicar las tramas, pero está bien. Casi hace que me interese más la historia de una familia de fachada perfecta pero llena de cosas turbias que la de la casa con idénticas características. Lástima que ya mostraran fenómenos anómalos evidentes en la primera secuencia (muy parecidos a los de la película de Scooby Doo, por otra parte). Jugar al equívoco, a ponernos al límite entre lo paranormal y la locura de los protagonistas, siempre aumenta la tensión dramática.

Hay alguien ahi

- No te tires, que está vacía.

- Que veo cosas increíbles, leñe.

-  Como tu mandíbula, chacho. Que se puede usar de cartabón y todo.

Sin ser Fringe, los efectos especiales y la producción juegan a favor de la historia, hay cierto mimo en su realización. También los actores están bien, dentro de la ensalada de tópicos a la que juegan sus personajes. Y esto no es una crítica: son los lugares comunes que en una película rellenarían los diez primeros minutos para que todos entendamos qué tipo de caracteres tenemos entre manos. Claro, si en lugar de una ficción de dos horas, tienes una de unos 80 minutos semanales, tendrás que alargar la presentación (y los tópicos). Aún así, ya se las han arreglado para que veamos la otra cara de la moneda de todos. Menos del perro. ¡Maldita sea, qué oculta ese chucho?

Dos cosas que me sacan de quicio: que el señor calvo y con barba tenga la voz de Warrick es la primera. La segunda es que el tipo con premoniciones de la librería no sea Iker Jiménez. ¿O habrá cameo?

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