Vuelvo de nuevo al blog. Y es que nunca faltan imprevistos. El domingo, cuando vinimos de Oviedo a Madrid me encontré con que había algún problema con la tarjeta 3G y no pude enviar ningún post hasta hoy, que hemos estado en Valladolid.

Día raro en Valladolid. Estamos, ya sí, en la recta final de la campaña electoral y se puede decir que ya está todo el pescado vendido. Pero hoy lunes el debate inexcusable era el debate. El segundo round entre Zapatero y Rajoy. La oportunidad para ajustar o descabalgar más aún las previsiones. Gaspar ya ha introducido con fuerza el argumento de campaña de los últimos cinco días: que se ha "ganado una batalla", demostrar que la derecha ha quedado "desahuciada" para gobernar. Pero que aún queda una, y más importante, frenar como sea la mayoría absoluta que está intentado forzar el PSOE. De modo que el objetivo que se plantea a las claras IU es pedir, a las claras, el "voto de los socialistas de verdad" para impedir que "Zapatero acabe como Felipe González", con una mayoría absoluta que le deje como presidente "envanecido y prepotente". Vamos, que Llamazares pasa a la ofensiva y se aviene a ejecutar lo que ha criticado de su adversario político. De lo que se trata es de arañar votos de donde se pueda.

Qué duda cabe de que ha influido de forma decisiva los pronósticos de las últimas encuestas. La de Público que publicamos hoy lunes, igual que la de El Mundo o la de El País de ayer coinciden en las previsiones: IU bajaría a cuatro escaños y obtendría el 4,8% de los sufragios, lo que le colocaría en una posición complicadísima, sino imposible, para conseguir mantener su grupo parlamentario. El Reglamento del Congreso exige que para formar grupo (con lo que eso supone de dinero, no lo olvidemos, y también de presencia) se obtenga el 5% de los votos y cinco diputados. Hombre, si IU pescase cuatro actas pero el 5% o más de papeletas, problema medio resuelto, porque casi con seguridad el PSOE le prestaría ese escaño. Si el listón se aleja del 5%, ya no hay solución.

Os decía lo del debate a la antigua porque hoy nos ha tocado no ver, sino oír el duelo Zapatero y Rajoy por RNE, mientras volvíamos a Madrid en autocar desde Valladolid. Y es una experiencia rara. Sin apoyo de la imagen, a la caravana nos ha parecido, en general, que Rajoy ha estado bastante mejor que el pasado lunes, y que Zapatero se ha caído desde el primer momento (dichosa manía con la pregunta parlamentaria, que poco interés tiene para el ciudadano), aunque luego ha ido remontando. El caso es que las encuestas son contundentes. Por mayoría abrumadora los ciudadanos creen que ha vencido el presidente, con mayor holgura que en el anterior careo, lo que significaría lo importante que es para el espectador la comunicación no verbal, esa que no oímos pero que es básica para que sintamos confianza —que a fin de cuentas es lo que importa en un debate en TV— por el candidato. Esta vez también ha sido un debate raro porque no hemos tenido a Gaspar cerca. Él asimismo debía regresar desde Castilla y León a la capital, aunque en su coche.

Hoy el día ha sido intenso. Primero, porque desde por la mañana estábamos pendientes del recurso que habían presentado IU, CiU y PNV ante el Supremo. Me preguntábais cómo quedaba la cosa. Es evidente que el TS ha desestimado el asunto, algo que ya esperaba IU. Pero tenía que patalear, mantener en suspenso a la opinión pública al menos unas horas. La estrategia no ha salido mal. Ha permanecido un tiempo en los diarios digitales como primera noticia. Gaspar ha sabido aliñar el asunto con dos cajetillas de tabaco gigantes de cartón pluma, con las que ha simbolizado lo nocivo del sistema bipartidista. A la búsqueda de la foto se llama eso. Lo cierto es que la gente en Valladolid (más de 600 personas) ha respondido estupendamente. Eso él lo ha recogido, lo ha notado. No deja de sorprender en una región tradicionalmente tan conservadora como Castilla y León. Ha sido la grada mucho más entusiasta que en Gijón, la tierra de Gaspar. Mejor no pensar mal. Pero sí se ha crecido con este último mitin, después de una bajada progresiva de intensidad y de discurso desde el pasado lunes en Murcia y con un ligero repunte en Palma, el sábado.

Pues ya no queda nada. Mañana, doble acto en Madrid. El miércoles, Bilbao. El jueves, Sevilla. Y finiquitamos en Madrid. El pescado... va a ser que está a punto de salir del horno. ¿Qué pronósticos tenéis ahora después del debate y con los últimos movimientos de campaña?

... Una última cosa... Gracias por los comentarios que me dejáis en la web. Los leo todos y me alegra saber que os ayudo a entender alguna mínima clave más. Si tenéis alguna duda, planteadmela. Intentaré resolvérosla.