Ese post que quedó sin escribir el viernes. No fue posible. Lo lamento pero más aún la razón: se nos cruzó a todos los españoles el miserable atentado de ETA que costó la vida al ex concejal socialista Isaías Carrasco. La banda no renunció a participar a su manera en el proceso electoral. Quería buscar su 11-M, interferir en los comicios, arrogarse un protagonismo que no puede ni debe tener.

Eso rompió la campaña. Nos pilló a la caravana 15 minutos después de que Gaspar hiciera su balance en el Aula Magna de la Universidad Carlos III de Madrid, en Getafe. Ya no estaba el candidato ni podíamos pedirle reacciones. Sólo supimos dos horas después que no habría más campaña. Ahí había acabado. Después, rueda de prensa en la sede federal de IU, en la calle de Olimpo. Era palpable el temor, la pesadumbre. La sensación de que otra vez funcionaría la maquinaria del voto útil y que IU había perdido todas las posibilidades de un resultado decente que les permitiese aumentar el porcentaje de voto y mantener el grupo parlamentario. Las opciones de influir en el Gobierno.

El impacto del asesinato de Isaías Carrasco se verá hoy por la noche. Nos quedan horas para salir de dudas.

No quisiera, con todo, dejar de contestar, aunque sea ya en jornada electoral, las dudas que me planteábais. Sobre las perspectivas en Granada... pocas o nulas. La caravana sólo pasó por Málaga, Marbella, Cádiz y Sevilla. En Granada se reparten siete escaños PP y PSOE, así que no es una de las circunscripciones en las que haya la más mínima esperanza en IU, que en otras ocasiones sí ha tenido diputado (en 1979, en 1989 y en 1996). Andalucía ya es, de hecho, tierra difícil, porque sólo se cuenta con la recuperación del escaño por Sevilla.

Y con esto enlazo con otra pregunta que me planteábais. Dónde hay posibilidades de conseguir escaño. Casi están seguros dos por Madrid (Gaspar Llamazares y Joaquín Nieto) y dos por Barcelona (Joan Herrera y Núria Buenaventura, ambos de Iniciativa per Catalunya Verds). Se considera perdido el de Valencia (Antonio Montalbán), pero se espera compensarlo con el de Sevilla (Sebastián Martín Recio) y, el más difícil todavía, con el tercero de Madrid (Montse Muñoz), el tercero por Barcelona (Joan Josep Nuet, de Esquerra Unida i Alternativa, la marca de IU en Cataluña) y el de Asturias (Laura González). Hay escasas posibilidades de rescatar el acta de Vizcaya (Jon Sustatxa, de Ezker Batua-Berdeak).

Pero Llamazares ha insistido durante toda la campaña en que no sólo es importante confiar en IU en las circunscripciones donde es más factible obtener diputado. La amenaza es el 5%. Y para llegar a ese porcentaje de voto hay que votar en toda España. Eso les exige el artículo 23 del Reglamento del Congreso para poder formar grupo parlamentario propio a las fuerzas de ámbito estatal. Porque si tiene 5% de sufragios y cuatro escaños, cabría mantenerlo: el PSOE les prestaría un diputado en el momento de constitución de las Cortes (es una práctica frecuente) y punto. Pero si no se llega a la barrera del 5%, no hay opciones.

Veremos qué pronósticos se cumplen. Lo que os puedo decir, de corazón, es que todos estamos convocados a las urnas y todos debemos acudir masivamente a votar. Lo que sea. Pero votar. Hoy es la fiesta de la democracia. Sobre todo porque los ciudadanos podemos expresarnos en libertad. Más ahora que los pistoleros intentan ahogarnos.

Votemos. Por Isaías Carrasco y todas las víctimas del terrorismo. Por nosotros. Por la libertad.