Todo es posible

El test de Rajoy

A pesar de que Francisco Camps proclamó con rotundidad que él se pagaba sus trajes, el Tribunal Superior de Justicia de Valencia lo pone en duda y considera que existen suficientes indicios racionales para pensar que el presidente de la Generalitat puede haber cometido un delito de cohecho al aceptar regalos de los encausados por el caso Gürtel. El procedimiento judicial que inició Garzón, lejos de ser archivado, como esperaban en la sede de la calle Génova, ha seguido su curso y el próximo 15 de julio Camps deberá comparecer como imputado ante el juez instructor. En principio, el magistrado no relaciona los suculentos contratos que diversos organismos de la Generalitat adjudicaron a Álvaro Pérez (el hombre de Correa en Valencia) con el obsequio de los trajes a Camps y compañía. No obstante, deja claro que con dichos regalos, aunque su precio pueda parecer ridículo, pretendían ganarse el favor de los políticos aludidos.

Como bien dijo Mariano Rajoy hace unos cuantos meses, afecta a la inteligencia pensar que alguien se vaya a vender por tres trajes. Es cierto. ¿Cómo es posible que todo un presidente de la Generalitat se pueda equivocar tanto en cuestiones de amistad? Camps quedó seriamente perjudicado cuando llamó "amiguito del alma" a El Bigotes. El tal Álvaro Pérez, alias El Bigotes, en justa reciprocidad, se refería a su amigo Camps como El Curita. Una relación tan desequilibrada no podía presagiar nada bueno. La duda es quién cree Rajoy que debe someterse al test de inteligencia: el Tribunal Superior de Valencia en pleno, el propio Francisco Camps o quienes siguen poniendo por él la mano en el fuego.

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