Todo es posible

Trabajan a destajo

Qué razón tenía el famoso dictador cuando dijo: "Una muerte es una tragedia; un millón de muertes, una estadística". El dramático final de Dalilah y de su bebé Rayan ha conmovido al rey de Marruecos, que ha puesto medios extraordinarios a disposición de la familia para paliar su desgracia. No se trata de una oportunista maniobra política, según su embajador, sino de un gesto humanitario. Lo cierto es que el monarca no acostumbra a dar el pésame a los familiares de las víctimas que mueren en las pateras. Lo de menos, en este caso, son los sentimientos del rey. Lo importante es que Mohamed, marido de Dalilah y padre de Rayan, ha condensado en su desgracia una doble estadística. Su mujer, primera víctima mortal causada en España por la nueva gripe, y su hijo, víctima de una concatenación de errores. No digo negligencia médica, porque me parece temerario responsabilizar de su muerte al último eslabón de la cadena, la mano que le alimentó por la vía equivocada.

Sean cuales sean las conclusiones de la investigación del hospital o de los Tribunales, toda la familia de Mohamed ha sufrido las consecuencias del deterioro vertiginoso que afecta a la Sanidad pública madrileña. Sindicatos y asociaciones lo achacan al afán privatizador del Gobierno de Madrid. Llevan meses protestando por la escasez de medios y el recorte de personal. Aumentan los pacientes y disminuyen los servicios médicos. Las enfermeras, de modo especial, están sometidas a un ritmo laboral insoportable. Jamás he visto (y menos en un servicio de urgencias) a un profesional cruzado de brazos. Trabajan a destajo. Así no se puede prestar la debida atención sanitaria.

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