Todo es posible

La suerte está echada

Es alentador que los miembros del patronato de Madrid 2016 mantengan alta la moral. Todos creen que nuestra candidatura para organizar los Juegos Olímpicos de 2016 sale fortalecida en el informe de la Comisión de Evaluación del COI. Después de una atenta lectura del contenido, queda claro que se trata de una pura maniobra de despiste; de un cúmulo de reproches y alabanzas arbitrarias. A nadie le ha pasado inadvertido que son tan exigentes con Madrid, Chicago y Tokio como permisivos con Río de Janeiro. Lo curioso es que el informe está salpicado de argumentos lo suficientemente desorientativos como para que las cuatro ciudades prolonguen su optimismo hasta el 2 de octubre, día en que se hará público, en Copenhague, quién será la afortunada. Mientras tanto, seguirán las apuestas en Internet, donde gana Chicago por abrumadora mayoría y, sobre todo, porque la fe en Obama mueve montañas. Los expertos, sin embargo, aseguran que Lula tiene todas las papeletas.

La jugada me recuerda a los premios literarios de mayor repercusión, donde los jurados pretenden mantener la intriga hasta el mismo instante en el que se anuncia con toda solemnidad al ganador. No se lo lleva el que reúne las mejores cualidades objetivas, sino el que más conviene a la organización. De ahí que en la nómina de los Nobel haya ausencias tan imperdonables como las de Gandhi, Edison o Borges y algunas presencias que, al cabo del tiempo, fueron un fraude. Para no deslucir la ceremonia, el Príncipe de Asturias se asegura previamente la asistencia del premiado. Por eso, en su día, excluyeron al misántropo de Philip Roth. Y bien que lo siento.

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