Todo es posible

Estrellas en La Habana

Me gustaría estar el próximo domingo en La Habana, no tanto por disfrutar de la música, que también, sino por compartir la emoción de miles de cubanos. Se calcula que asistirán más de 700.000 a lo que Silvio Rodríguez ha calificado como "un mensaje de paz entre Cuba y los EEUU, países separados por medio siglo de enfrentamientos", cuyo final se empieza a vislumbrar. Habrá mucho escéptico que considere un exceso dar tanta proyección a un simple espectáculo, sobre todo cuando Cuba siempre tuvo excelentes músicos y magníficos conciertos, pero quizá sea el primero con tanta amplitud de miras ideológicas. Por eso, los más fanáticos anticastristas de Miami han puesto el grito en el cielo; son los que menos soportan que se acabe el boicot a la isla.

Juanes, el cantante colombiano impulsor del concierto Paz sin Fronteras, ha recibido amenazas de muerte y ha visto cómo sus adversarios destrozaban sus discos e incluso quemaban, en una calle de Miami, la simbólica camisa negra que da nombre a su famosa canción. En contra de esas actitudes vandálicas ha recibido el apoyo incondicional de músicos de todo el espectro ideológico. Quince artistas internacionales (entre otros, los españoles Víctor Manuel, Miguel Bosé y Aute) cantarán con el colombiano en la Plaza de la Revolución. Los organizadores cubanos quieren impedir que el concierto sea utilizado políticamente, así que han acordado que no haya mensajes ni palabras previas; sólo una sucesión de canciones. Creo, sin embargo, que no debería imponerse un pacto de silencio a los artistas; sería la única nota desafinada de este prometedor concierto. No hay que temer a la palabra.

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