Trabajar cansa

Nos va a doler, pero no a todos

"El Partido Popular es partidario de sacar la muela aunque duela mucho, porque si no, la infección se va a extender." -Esteban González Pons, vicesecretario de Comunicación del PP-

 

Tanto hemos estirado la metáfora patológica sobre la crisis, que tras insistir en virus, epidemias y contagios, hemos acabado llegando al punto crítico de toda enfermedad: el dolor. Estos días oímos hablar una y otra vez de lo que nos va a doler salir de ésta. Dirigentes y comentaristas repiten un mismo mensaje: que el ajuste va a ser "doloroso", y que exigirá "esfuerzos" y "sacrificios".

En primer lugar para Grecia, claro. Su primer ministro ha advertido que sus compatriotas deben "elegir entre la catástrofe y la bancarrota, o salvar al país con medidas duras y dolorosas." Y desde el presidente de la Comisión Europea al del FMI, numerosos dirigentes han secundado esta semana la misma idea.

Pero no sólo los griegos reciben la advertencia de estos doctores. También a nosotros se nos avisa ya de la necesidad de medidas que nos lo harán pasar mal. El poeta oficial del PP, González Pons, probó ayer con la metáfora odontológica, fácil de entender para que nos vayamos haciendo a la idea, aunque no aclaró si piensan sacarnos la muela con un poco de anestesia o a pelo.

Como siempre, a fuerza de repetir el mensaje pretenden que nos resignemos al dolor venidero, y lo soportemos sin protestar, por inevitable. Y cuando hablan de dolor, ya no lo hacen en lenguaje metafórico: están hablando de dolor auténtico, el que provocan medidas como las que van a aplicar en Grecia, o las que insinúan para España. Por supuesto, el dolor no será democrático, no lo vamos a soportar todos por igual. Quienes más hablan hoy de sufrimiento son los que menos se van a enterar del mismo.

Los trabajadores griegos, con los que deberíamos ser solidarios, no se resignan, no aceptan sentarse en el sillón y abrir la boca ante el dentista. Se resisten, porque saben que esos dientes no vuelven a salir, y a ver con qué comes si te dejan desdentado.

Si al final nos pasan a todos por la consulta del sacamuelas, deberíamos hacer como en el chiste: coger por donde saben al dentista, y advertirle: "No nos vamos a hacer daño, ¿verdad?"

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