Trabajar cansa

Los afganos vivirán tan bien como los iraquíes

"El terreno humano es decisivo: hay que hacer todo lo posible para proteger a la población y reducir la pérdida de civiles al mínimo absoluto." -David Petraeus, Comandante en Jefe de la OTAN en Afganistán-

 

¿Podemos seguir llamando guerra a lo de Afganistán? Tras casi nueve años se ha convertido ya en la más larga en la historia norteamericana, superando a la de Vietnam. Continúan los combates, los muertos (propios y sobre todo ajenos) y el pozo sin fondo donde se han fundido miles de millones de dólares. Las perspectivas no sólo excluyen una victoria a corto plazo, sino que contemplan un empeoramiento, como acaba de advertir el general Petraeus al hacerse con el mando. De hecho, el pasado junio ha sido el mes con más muertos para la OTAN desde 2001, y para este año pronostican un 25% más de bajas.

Por eso insisto en la pregunta: ¿sigue siendo una guerra? Que no es una operación de reconstrucción o de defensa de la democracia, como pretende el gobierno español cada vez que envía nuevas tropas, es evidente. Pero tampoco es ya una guerra como tal, sino más bien una ocupación militar indefinida que se justifica por la continuación de la guerra. Lo importante no es tanto ganar la guerra (lo que implicaría la vuelta a casa en algún momento), sino seguir allí, aunque sea en combate permanente, hostigados por la insurgencia, y lanzando operaciones espectaculares que tal como recuperan terreno lo pierden, de victoria en victoria hasta la derrota final.

Ahora ha llegado un nuevo responsable militar, el celebrado David Petraeus, y su primera promesa ha sido la de proteger a la población. Exactamente lo mismo que prometió su predecesor, McChrystal, hace un año, y que si bien ha reducido los ataques masivos indiscriminados, no ha impedido que la población civil siga sufriendo.

Petraeus lleva al cuello la medalla de pacificador de Irak. El hombre que ganó la guerra iraquí, dicen los suyos. Pues vale, ya saben los afganos el futuro que en el mejor de los casos les aguarda: seguir los pasos de Irak, un país violento y corrupto donde hoy muere una media diaria de diez civiles en atentados y enfrentamientos. Y donde, por cierto, continúan varias decenas de miles de soldados estadounidenses, pese a las publicitadas retiradas de tropas.

Más Noticias