Trabajar cansa

Viento a favor en Tarifa (por ahora)

"Ante la noticia del informe desfavorable, no escatimaremos esfuerzos para sacar adelante este proyecto." -Comunicado del PSOE de Tarifa-

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Si han estado alguna vez en Tarifa coincidirán conmigo que es uno de los sitios más singulares de la península. La punta más meridional, donde el Estrecho es más ídem, con África a la vista y una riqueza paisajística y natural impresionante, junto a sus famosos vientos. Un espacio natural que se ha salvado hasta ahora del voraz ladrillo turístico gracias a su situación estratégica (zona de servidumbre militar) y a sus difíciles vientos.

Pero no pensarían que íbamos a permitir que, a estas alturas del siglo XXI, quedase un trozo de costa sin alicatar. Nada de eso: otros vientos, los del supuesto progreso, empezaron a soplar hace unos años en Tarifa, trayendo además todo tipo de promesas (dinero, empleo, turismo, ya saben). Se trata del proyecto de ampliación del puerto, siguiendo el modelo de la cercana Bahía de Algeciras.

Buena parte de los vecinos se pusieron en pie de guerra, así como organizaciones sociales y ecologistas, y se han pasado años denunciando el proyecto y presentando todo tipo de estudios sobre la enorme riqueza amenazada: el Parque Natural del Estrecho, las rutas migratorias de aves, cetáceos y otras especies, los hábitats únicos de su costa, la pesca artesanal, los restos arqueológicos (y subacuáticos)...

Cualquiera con dos dedos de frente se da cuenta de que todo eso es incompatible con grandes barcos entrando y saliendo, y con unas instalaciones que invadirían la costa y el mar. Pero no todos lo ven así de claro, y los partidarios de la ampliación (incluida la Junta y los socialistas que gobiernan el municipio, así como el PP) llevan los mismos años rechazando las críticas, modificando el proyecto para esquivar los obstáculos medioambientales, e insistiendo en la promesa de empleos y progreso.

La semana pasada, por fin, el Ministerio de Medio Ambiente publicó la declaración de impacto ambiental, que como es lógico es desfavorable. Pero no cantemos victoria: los partidarios de ampliar el puerto insisten en que seguirán intentándolo, y la experiencia en España nos dice que las mayores barbaridades son posibles, sobre todo en materia medioambiental. Suerte, y no bajen la guardia.

 

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