"Yo esperaría que de estas experiencias todo el mundo dijese: las centrales son capaces de aguantar un terremoto y un tsunami." -María Teresa Domínguez, presidenta del Foro Nuclear-

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Frente a lo que repiten los pronucleares, el accidente del reactor japonés no demuestra la resistencia de las centrales contra las peores calamidades: más que eso, lo que ha quedado probado es la resistencia granítica que tiene el propio lobby pronuclear. Su discurso es una vasija de acero y cemento que ríete tú de la que contiene el reactor. Y si un accidente grave como éste abre una fisura en el discurso no pasa nada, se apresuran a refrigerarlo con argumentarios de emergencia, aunque todos veamos que sale humo.

Cuando estábamos aún impactados por la explosión en Fukushima, y todavía se desconocía cuánta radiación había escapado, ya estaban los pronucleares -sin esperar a ver en qué terminaba todo- multiplicando sus intervenciones en los medios para tranquilizarnos: que no pasa nada, que España no está en zona sísmica, nuestras centrales son superseguras, y el argumento definitivo: ya ven, con ese pedazo de terremoto y no ha pasado casi nada, una explosioncita y un poquillo de vapor radiactivo.

Es cierto que en España no esperamos 9 grados en la escala Richter, pero eso no quita para que pueda haber otros accidentes autóctonos, incluido el siempre imprevisto fallo humano, y hasta un atentado, nada descabellado tras tantas veces como los ecologistas se han colado en las centrales para mostrar su desprotección.

Pero el lobby nuclear, cuya energía es tan inagotable como la del uranio, le da otra vez la vuelta al debate, de forma que el accidente, en vez de cuestionar la seguridad, sirva para lo contrario: para demostrar su fiabilidad a prueba de todo, incluido un tsunami devastador. Olvidan que precisamente las centrales japonesas son las más seguras del mundo, por el riesgo sísmico, y aún así han fallado. Pero da igual: si hubiese sido más grave, también tendrían un argumentario refrigerante a mano.

Creo que los japoneses han pedido a los miembros del lobby pronuclear que esperen unos días hasta que todo esté bajo control. Porque si por ellos fuera, ya se habrían dado un baño junto a la central, en plan Palomares.