Trabajar cansa

Alarma, pánico, vértigo, tragedia

"Los mercados están muy nerviosos, y necesitan para calmarse una solución formal, que adoptemos las medidas que sean necesarias." -Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea-

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Otra semanita de sobresaltos, y ya hemos perdido la cuenta de las que llevamos. Recorto la prensa de ayer: "Alarma en los mercados", "Pánico en los mercados", "Vértigo en los mercados", "Tragedia en los mercados". Deberían renovar las expresiones, que están ya muy vistas. Para el próximo susto sugiero subir un escalón: "Terror en los mercados", "Pesadilla en los mercados", "Sálvese quien pueda en los mercados", o incluso "Los mercados y los niños primero".

Ahora bien, no todo el mundo se ha enterado de que los mercados sufrieron esta semana pánico, vértigo, alarma y tragedia. Reviso la prensa europea, tanto diarios generalistas como económicos, y ni en Francia, ni en Italia ni en Alemania, ni siquiera en Portugal, encuentro expresiones tan dramáticas. Todos informan del comportamiento de las bolsas, las dudas sobre Grecia, las primas de riesgo, pero ninguno habla de pánico, vértigo, alarma ni tragedia.

¿Entonces? ¿Quiénes son los asustados? ¿Los mercados o nosotros? ¿Quién asusta a quién? ¿Por qué nos dicen que los mercados necesitan confianza, si en realidad somos nosotros los que estamos que no nos llega la camisa al cuerpo cada vez que nos dan otro susto y oímos repetir las consignas: "España no es Grecia", "España no necesitará ser rescatada"?

Para acabar de tranquilizarnos, ayer se aprobó la "Estrategia Española de Seguridad". Junto al terrorismo, las guerras o el crimen organizado sitúa como amenaza para España la "inseguridad económica y financiera". Y entre los riesgos a tener en cuenta, el primero que aparece es "el propio funcionamiento del sistema". Ah, qué bien.

Decía esta semana el Gobernador del Banco de España que nuestro país sigue sometido a una "vigilancia muy estricta por parte de los mercados". Esos mismos mercados que son considerados una amenaza para la seguridad nacional. Vamos, que nos tienen rodeados, y no hay pasadizo secreto para escapar. ¿Cabe combatirlos, podemos esperar ayuda de nuestros vecinos para resistir el asedio, o sólo queda rendirse y rezar para que no hagan mucho destrozo?

 

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