Trabajar cansa

Lecturas para resistir

 

Una de mis herramientas favoritas para sondear la opinión mayoritaria sobre algún asunto es la función ‘Autocompletar’ de Google. Su funcionamiento es muy fácil, todos la conocerán: al teclear algo en el buscador, antes de terminar de escribir nos ofrece sugerencias. Si uno teclea "Rubalcaba", nada más escribir "Rubal" ya nos propone el nombre completo, y lo mismo pasa con preguntas y frases enteras.

Según la empresa los resultados surgen de un algoritmo a partir de las búsquedas de otros usuarios, de modo que cabe pensar que reproduce las más habituales. A veces los resultados son extraños. Por ejemplo, si uno sigue tecleando y pone "Rubalcaba es", Google ofrece "Rubalcaba es gay", o "Rubalcaba es masón", que por lo visto son cosas que preocupan mucho a la gente. Hagan la prueba con otros nombres, Obama, el rey o una presentadora de televisión, y ya verán qué divertido.

No sé si será muy fiable, y de Google siempre cabe sospechar, pero sirve para hacerse una idea de lo que más circula por la Red. Por ejemplo, si tecleo "La crisis es", Autocompletar me ofrece varios resultados: la crisis es mentira, pura falacia, un invento o un sueño para quienes quieren hacer dinero. Sin que sea muy científico, el resultado indica algo que todos hemos comprobado: la desconfianza cada vez más extendida hacia el discurso oficial de la crisis; que cada vez menos gente se cree los mensajes catastrofistas que justifican ajustes y reformas.

Menudo rodeo he dado para llegar a donde pretendía: recomendarles varios libros que coinciden precisamente en eso: en denunciar las mentiras de la crisis.

Traficantes de sueños acaba de publicar Crisis y revolución en Europa, cuyo primer capítulo se titula precisamente No es una crisis, es una estafa, y que se acerca a las nuevas resistencias. Por su parte, Icaria está editando una colección de libritos fundamentales: ASACO, con títulos tan necesarios como Quiénes son los mercados y cómo nos gobiernan, o Vivir en deudocracia, sobre el origen y las falsedades de la crisis de deuda, entre otros. Léanlos antes de votar el 20-N.

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