Al sur a la izquierda

Ana Mato, nasía para matá

La ministra de Sanidad no se rinde. Ha perdido en el Tribunal Constitucional el primer asalto de su singular combate contra la Junta de Andalucía al recurrir la subasta pública de medicamentos impulsada por la Administración andaluza para ahorrar hasta 200 millones de euros al año a las exhaustas arcas autonómicas. El Constitucional aún no ha decidido sobre el asunto, pero sí ha levantado la suspensión cautelar de la subasta, lo cual da su verde a una nueva convocatoria. Los términos del conflicto son sencillos: el Gobierno central piensa que la subasta autonómica invade sus competencias para fijar el precio de los fármacos, el Gobierno andaluz piensa que la subasta es una expresión más de su obligación de ahorrar dinero de todos sin conculcar derechos de nadie y el Constitucional opina que, mientras decide quién tiene razón, Andalucía puede hacer la dichosa subasta.

La ministra está empecinada en defender su derecho a fijar tales precios. Como diría la gran Belén Esteban, por esos precios ¡mato! El Constitucional ha rebajado los instintos de Mato, que cual loba farmacéutica defiende su derecho a decidir que Andalucía pague más de lo que paga por las medicinas, pero ella no se da por vencida. Ha perdido el primer asalto, pero actúa como si lo hubiera ganado. Ana Mato, nasía para matá. El miércoles se lo dejó bien claro en el Congreso al diputado malagueño Miguel Ángel Heredia: "Espero que reconsideren sus medidas porque si no, nos tendremos que volver a ver en los tribunales". El pobre Heredia debió quedar desconcertado. ¿Pero no habíamos ganado nosotros el primer asalto? ¿Desde cuándo amenaza con los tribunales quien acaba de perder en los tribunales? Es cierto que Mata ha perdido, digamos, solo en primera instancia y que no hay aún sentencia firme, pero esa primera derrota obligaría a cualquiera con sentido de la prudencia más bien a recular, o al menos a mostrarse humilde, pero no, qué va, Ana Belén Esteban Mato no es de esas. Las medicinas son suyas. Los genéricos son suyos. Antes matar que abaratar.

Lo peor de todo es que Ana Mata, reina de las farmacias, princesa de los laboratorios, dama del precio injusto, no ha tenido siquiera la previsión de buscarse aliados entre la gente, lo cual habría conseguido fácilmente sólo con decir algo como esto: "La idea de Andalucía, aunque sea mala para los grandes laboratorios, es buena para la gente porque ahorra dinero de la gente; de hecho, la idea es tan buen que el Gobierno ha decidido copiársela a la Junta por todo el santo morro y hacer él mismo esa subasta para toda España. Ahora bien, como entendemos que es algo que por ley solo puede hacer el Gobierno central, y no las autonomías, no nos queda más remedio que, con todo el dolor de nuestro corazón y pidiendo perdón a los ciudadanos, recurrir la iniciativa andaluza ante el Tribunal Constitucional, pero que todo el mundo sepa esto: que al día siguiente, oídme bien, al día siguiente de presentar este doloroso pero inevitable recurso el ministerio que presido va a promover él mismo una subasta similar para todo el Estado".

Con palabras como estas la ministra habría quedado como una reina no de las farmacias o los laboratorios, ciertamente, pero sí de los ciudadanos. ¡Qué oportunidad perdida para haber arrebatado ese preciado cetro que con tanta ligereza le fuera en su día otorgado a  Diana de Gales o a Belén Esteban! Ana Mato Reina de la Gente. Ana Mato Princesa del Pueblo. Ana Mato Azote de los Laboratorios. Qué honrosos títulos ha perdido la ministra por su poca prudencia y su mala cabeza. Lástima. Hasta Belén Esteban es más princesa que ella.

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