Puntadas sin hilo

Adiós, Europa, adiós

 

 

No es posible que hayamos vivido tan por encima de nuestras posibilidades como para tener que sufrir tanto castigo.

Puestos así, y con Merkel y Sarkozy tan chulos, es mejor marcharnos, que Europa se disuelva. Por un mínimo de orgullo y dignidad. Y no jugaremos en Segunda División, seremos un país freelancer. ¡Qué placer volver a pagar el café con pesetas, como los británicos pagan en peniques! ¿Y nadie nos va a comprar nuestras naranjas? ¿Van a dejar de venir turistas alemanes, ahora que entre el tour operator y la depreciación de nuestra moneda les saldrá casi de gorra?  Mejor vender tres sillas muy baratas que una muy cara o no venderla. Pepe, Alfredo Landa, volverá a Alemania, como ahora ya van los políglotas ingenieros, muchas veces a trabajar de camareros.

Se habrá acabado el paro de golpe porque volveremos a construir casas hasta el infinito de llenar el último metro de España de viviendas, para vender a los rusos o a los árabes y sin estafarlos. Como es lógico no participaremos en ninguna guerra, ni aun de apoyo, porque nos habremos salido o nos habrán echado de la OTAN, y nuestros soldados no morirán.

Tampoco compraremos nada a Alemania ni a Francia ni a los países del transiberiano de lujo del tren europeo. Pero en el mundo hay 200 países. EEUU nos mirará asustado, seguiremos siendo clientes pero no puros mandados. Total, ya no nos podían recortar más ni exigirnos nuevos sacrificios que no sean el de pasar hambre. Al bono alemán que lo zurzan, nosotros volveremos al calcetín y a las nuevamente reconvertidas Cajas de Ahorro y Monte de Piedad. Seremos como Suiza. Pero seguiremos jugando la Champions League y ganándola. Seremos como aquella Italia del cine y la canción, que Berlusconi apuñaló. Seguiremos conectados a Internet y el mundo no nos será ajeno. Además, ya todas nuestras multinacionales so americanas o alemanas o francesas. ¿Se irán? No, pero si se van compraremos en el mercadillo en vez de Carrefour. Y las no multinacionales son todas de los chinos, que ésos sí que no se van. Pero El Corte Inglés seguirá siendo El Corte Inglés, mientras no nos quiten eso, España sobrevivirá. Adiós, Europa, adiós, hasta aquí ha llegado el chantaje.

 

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Gota del día: ¿Hay vida fuera del euro?

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