Asuntos & cuestiones

El que avisa no es traidor

Ante la remodelación del Gobierno uno se queda frío porque no sabe si las grandes decisiones se toman en los Consejos de Ministros o esas cuestiones ya se han decidido en otros foros donde los reyes del mercado marcan las pautas. A lo que aspiramos los ciudadanos es a que esas medidas, que siempre suponen recortes al llamado Estado del bienestar, se tomen teniendo en cuenta al que las padece, y ahí es, precisamente, donde interviene la ideología.
La estrategia electoral del PP, al ver la mayoría que le conceden los sondeos, pasa (según el director de campaña), por "quedarse en la cama y no abrir la boca" hasta que lleguen los comicios.

Al día siguiente de ganar las elecciones, nunca antes, Cameron prometió a los británicos años de "sangre, sudor y lágrimas". Es un hombre de palabra. Gracias a un desliz se ha descubierto un documento que aclara en qué consiste lo que él llama una reforma "radical": recorte drástico de las prestaciones sociales y despido de medio millón de trabajadores del sector público y otro medio del privado. De momento, no ha habido reacción de los ciudadanos. Supongo que se les ha quedado la misma cara que al doctor Frankenstein cuando se vio frente al monstruo que había creado.
Nuestro caso es muy parecido, aunque algo hay que agradecerle a nuestra derecha: miente todo el tiempo pero no engaña a nadie, se la ve venir. Como muestra, vaya la opinión de Esperanza Aguirre ante la desaparición de ministerios afirmando que le parece insuficiente, que ella hubiera suprimido también los de Sanidad y Educación. Más claro, agua.

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