Cartas de los lectores

23 de agosto

La subida de los impuestos
El ministro de Fomento y secretario de Organización y Coordinación del PSOE, José Blanco, lanza esta semana la posibilidad de subir los impuestos a las personas más ricas. De eso ya hablaron algunos políticos –quizá menos mediáticos–, pero él dice que es "una reflexión personal". Bajar los impuestos o dar ayudas económicas a toda la ciudadanía sin distinción de sus necesidades –cheque bebé, gratuidad de libros, etc.– son medidas que, en definitiva, favorecen a la gente más rica. Suenan bien en los medios, pero no hacen que la mayoría de la población tengamos mejores condiciones de vida.
Creo que el PSOE debería distinguirse de una vez del PP en su política económica y así sería como mejoraría, sustancialmente, nuestras circunstancias.
Elvira González Gaspar / Zaragoza

De espionajes políticos
Nuestro Código Penal, en su artículo 205, define la calumnia como la imputación de un delito hecha con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad. Por su parte, el artículo 504, en su punto primero, expresa que incurrirán en la pena de multa de 12 a 18 meses los que calumnien, injurien o amenacen gravemente al Gobierno de la nación.
Por consiguiente, ante las gravísimas acusaciones vertidas por dirigentes del PP contra el presidente del Gobierno y contra el Gobierno por utilizar, supuestamente, a jueces y policías para espiar y perseguir a dirigentes populares, sólo cabe una salida: que la Fiscalía actúe de oficio contra estos dirigentes del PP en caso de que no aporten las pruebas que demuestren sus graves acusaciones. Todo lo demás sobra, cansa y huele.
Javier Gutiérrez / Cantabria

Un mundo de porcelana
Todos los días, a la hora de comer, nos ofrecen con empalago, casi viscoso, detalles de la magnífica vida que se dan, entre otros, algunos de los personajes más conocidos de la nobleza y sus adherencias. Mientras una voz zalamera ensalza los personalísimos encantos de tan delicada especie, aparecen en pantalla subtítulos como "se comen a besos", "elegantísima y feliz", "pasión en Ibiza", "el merecido descanso de la realeza" y otros de semejante jaez.
Hay quien dice que la televisión pública no debería emitir programas así, pero resulta muy entretenido y relajante mientras se trocea una patata o se pela un melocotón. De hecho, es importantísimo conocer el mundo porcelanoso en el que se desenvuelven las altas esferas y observar el fenómeno sociológico del megapijismo y su exuberante pasividad.
Enrique Chicote / Madrid

El ‘reality’ Honduras
Honduras no es –como se pretende vender– un lunar en la cara del continente, porque existen muchos países secuestrados por las élites políticas y sus oligarquías.
La gran pregunta es: ¿qué hacer entonces? La verdad inminente no es nada positiva, no existen los escenarios indicados para cambios tangibles y renovadores, tampoco existe sobre la mesa una maqueta de ningún Estado, sólo remiendos mal hechos, porque las bases en las que se pretende construir están en tierras arenosas y llenas de fango. Respecto a su legalidad, es evidente que sin esta los estados van abocados al fracaso absoluto –de ahí que la corrupción siga tan fresca como siempre–.
En fin, seguiremos viendo el reality hondureño entre Gorileti y Zelaya como prueba del fracaso total de la política.
Luis Enrique Dorado / Madrid

Decoro social
Que la avidez y la especulación urbanística lesione o destruya kilómetros de nuestro litoral es sinónimo de progreso económico y social, sin embargo, que las personas puedan desnudarse en la playa es considerado un espectáculo denigrante y un ataque a la integridad moral.
Que nuestros oídos se deleiten con el ruido del tráfico o las obras es normal y consustancial al desarrollo, pero que alguien perturbe o dañe nuestra cultivada sensibilidad auditiva tocando instrumentos musicales en la calle es, sencillamente, inaceptable.
Sería deseable que los guardianes del decoro social concentraran su atención en el deterioro interior del inmueble y rebajaran la preocupación u obsesión por el lustre de la fachada.
¿Será este el siglo de la apariencia y la sandez?
Alejandro A. Prieto / Asturias

Destrucción de melones
El precio al que se está pagando los melones en origen, corriendo el coste de corte a cargo del agricultor, oscila entre los 0,09 euros/Kg y los 0,20 euros/Kg, es decir, a una media de 0,14 euros/Kg.
De este modo, el agricultor recibe de 27 a 60 céntimos por un melón de 3 a 4 kg. Un precio que los agricultores califican como ruina, pero, paradójicamente, mientras los agricultores destruyen melones por los bajos precios, muchos consumidores no pueden comprarlos por lo caros que se venden en las grandes superficies.
El precio actual está en torno a los 0,95 euros/Kg, por tanto, un melón de 4 kg cuesta en torno a 4 euros. ¿Qué pretenden?
Domingo Martínez / Burgos

El peaje de la M-30
Permítanme felicitar a Alberto Ruiz-Gallardón por la majestuosa obra que ha permitido que la circulación de las aguas del Manzanares discurran a distinto nivel que el del tráfico rodado. Son unas obras que a saber cómo y cuándo terminaremos los madrileños de pagar. Parece evidente que ya no son suficientes nuestros impuestos y nuestras tasas, ahora Gallardón impone unos peajes camuflados en forma de radar y, de forma demagógica, nos comunica que es "por nuestra seguridad".
Diego Núñez / Madrid

Optimismo
Dicen que las personas positivas son aquellas que saben ver en los problemas oportunidades. Quizá esta crisis sea una oportunidad para superar el individualismo e incrementar la solidaridad.
Anna Batista / Gerona

Más Noticias