Cartas de los lectores

4 de abril

Miedo y asco en Santiago
Recientemente, el actual alcalde de Santiago de Compostela vetó (supuestamente, por lo visto)  el espectáculo del bufón Leo Bassi alegando que sentía un especial asco y repugnancia por la obra de Bassi. Nada que objetar, supuestamente también, porque si nos dejamos de supuestos podríamos considerar que la censura ha vuelto a todo aquel que contradiga los mitos de la iglesia católica. No obstante, días después de ese asco manifiesto el destino ha querido que Hacienda haya trincado, supuestamente, a este alcalde tan moralista en el acto tan inmoral de fraude fiscal que asciende a 300.000 euros al practicar el deporte nacional: defraduar el IVA. Es curioso que sus creencias tan cercanas a Cristo las aplique para defender a su fe a costa de la cultura pero no para evitar el pecado de la avaricia; pero más curioso es aún que siga siendo alcalde a estas horas en las que Leo Bassi ya ha encontrado otro local en Santiago y él, con tantos ascos por la actuación del bufón, no haya encontrado aún las facturas. El espectáculo de Bassi se llama, atención a la palabra, Utopía y propone el triunfo de la razón y el humanismo frente a la barbarie de los dogmas; lo sucedido recalca la necesidad de borrar de la vida pública las decisiones arbritrarias basadas en dogmas y actuaciones plácidamente delictivas. Menuda utopía, ¿verdad?
Emilio Iglesias Delgado
Sevilla

No debemos. No pagamos
En los cuatro años que llevamos de crisis, la deuda pública de España ha crecido un 10% de media cada año, y ahora ya nos situamos en el 80% del PIB. Este incremento sigue a rajatabla el plan prefijado desde 2008 para convertir progresivamente la deuda privada de España -el verdadero problema económico del Estado- en deuda pública. En nombre de la austeridad, se recorta en servicions públicos esenciales (sanidad, educación, investgiación), pero a la vez se dan más de 100.000 millones de euros a la banca, para cubrir su agujero inmobiliario. Se recorta en derechos sociales y laborales, pero a la vez se decreta una amnistía fiscal para legalizar a los estafadores. Se está contrayendo una deuda que es ilegítima, inmoral y inasumible para España. Sólo lo que se pagará este año en intereses supondría una prestación de 500 euros adicionales para cada parado del Estado. ¿En nombre de quién se ha cambiado la Constitución para que esto sea irrealizable? Frente a un sistema político y judicial hundido, la ciudadanía adquiere el derecho a decidir de forma soberana si esta deuda no se ha de pagar, y a juzgar con sus propios medios a los responsables de la situación actual.
David Virgili Correas
Barcelona

Los hacedores de lluvia
En los pueblos agrícolas, su escasa producción de alimentos les hacía muy dependientes de la lluvia para evitar las hambrunas. De ahí el prestigio y poder del hacedor de lluvia. En los primeros Estados esos brujos formaron una casta sagrada, sostenida por su creciente capacidad de conocer los secretos del Cielo y predecir las lluvias, como en los egipcios y mayas. Más laicos,  ya no creemos, como todavía ayer, durante el franquismo, que haya que obedecer a todos sus mandatos, y la "pertinaz sequía" se deba a "los excesivos escotes de las mujeres". Sin embargo, todavía la casta sacerdotal organiza sus mayores manifestaciones callejeras la semana de mayor probabilidad de lluvia del año, el cambio de luna de abril, haciéndonos la santa Pascua en nuestros días de descanso, porque seguimos tolerando que con tanta irracionalidad agüen nuestras vacaciones.
Luís Escobar Huerta
Zaragoza

La estafa de la amnistía fiscal
La exigencia contenida en el artículo 31 de la Constitución española debería ser más que suficiente para rechazar la amnistía fiscal aprobada por el gobierno. Nuestro sistema tributario, afirma la Carta Magna, debe ser justo y basarse en los principios de igualdad y progresividad. Punto. Aquí no hay matices. Todo lo demás es vulnerar la Constitución. Pero, además, el objetivo de hacer aflorar capitales ocultos en una situación económica difícil es sencillamente una falacia. Las grandes fortunas que defraudan al fisco están administradas por gestores entrenados en la ingeniería financiera. Es evidente que solamente harán aflorar capitales cuando les resulte rentable hacerlo, esto es, cuando les sea menos costoso que recurrir a procedimientos ilegales de blanqueo y cuando, simultáneamente, se trate de capitales con alto riesgo de ser detectados por la Hacienda Pública. En caso contrario, ninguna oferta de reducción de tributación servirá, porque no pagar nada es siempre lo más barato.
Ricardo Rodríguez del Río
Leganés (Madrid)

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