Elisa Serna

AGFANISTAN-ESPAÑA, RUTA DE PAZ

 

"España participa en misión de paz, junto a otros 40 países en la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF).. Son las llamadas habitualmente peace keeping y force keeping que significa imposición de la paz, creación de la paz y es de sentido común que la paz se lleva allá donde hay conflicto", ha declarado la Ministra de Defensa, Carmen Chacón, en la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados, ayer. Al mismo tiempo expresó la decisión de su Ministerio de solicitar el envio y financiación de 220 soldados españoles más, con todo su armamento, a Agfanistán.

Madre mía, el metro a hora punta, no es nada, comparado con los soldados extranjeros que debe haber en Agfanistán, por kilómetro cuadrado, para imponer la paz.

Vaya por delante, que ningún reparo pongo, al buen hacer de la ministra Chacón, al frente de la más difícil y delicada de las carteras de elaboración política y estratégica del Gobierno de España, dadas sus consecuencias , que en caso de Agfanistan, se miden en vidas humanas. No, lo que critico respetuosamente, pero con ahínco, es la política bélica del PSOE.

Porque, en mi opinión, la paz no se impone con armas. Cuarenta años de paz franquista, nos ha vacunado a muchos del efecto corrosivo para las libertades, de la paz armada.

España, mi país, no tiene ningún derecho entonces a violar el espacio territorial de otro país soberano como es Agfanistán, ni a dañar la soberanía de sus habitantes, hasta querer suplantar, además, la tarea de los grupos o fuerzas políticas de un país que no es el suyo, como tampoco interponer su presencia por las armas, rompiendo la tradicional neutralidad del nuestro.

Agfanistán, bombardeado ya durante ocho largos años, desde 2001, por todos los países de Occidente, ha sido victima, tras Irak, de la codicia del capitalismo salvaje internacional, que no repara en numero de víctimas ajenas al conflicto bélico, ni en el sufrimiento de su población civil, arrasando hasta calcinar, los pocos campos que fueron fértiles, en ese rocoso país.

"Daños colaterales" se oye cínicamente llamar, al objetivo depredador de controlar en tierra ajena, los recursos y materias primas que dan la vida a sus habitantes, así como el paso estratégico de los oleoductos y gaseoductos que atraviesan las tierras de Agfanistán, geo-estratégicamente situados a un paso de China.

En respuesta a la política belicista del Gobierno de España, Cayo Lara, coordinador general de Izquierda Unida, o el diputado Gaspar Llamazares, han reclamado la retirada del ejercito español de Agfanistán y en esa linea, consideran improcedente, junto all Polo de Izquierdas del Congreso, el envío y financiación de 220 soldados más, con todo su armamento reglamentario, a una guerra abierta, donde tal como comprobamos día tras día, nos dicen que los soldados españoles mueren de accidente de tráfico, pero viene a suceder lo mismo que en la dictadura franquista: policia y guardia civil, disparaban al aire, según proclamaba la prensa del "glorioso movimiento nacional", pero los que caían muertos, eran los manifestantes, no pájaros.

Tampoco la población civil de Agfanistán tiene la capacidad de volar, ni tiene alas plegadas bajo las chilabas y los búrkas, ni levita por los aires, cuando asoman por el horizonte hombres armados con rifles que mascan chicle o fuman ducados. Ante los disparos "al aire" de las fuerzas armadas españolas desplegadas en la zona, caen y caerán decenas, centenares de seres humanos, a ras de suelo. La sangre con que empapan su propia tierra es la demostración de que no es paz lo que se quiere imponer, sino la guerra, la triste y llanamente guerra de agresión colonial.

Elisa Serna, cantautora, ex-presa y represaliada política.

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