Elisa Serna

5 AMAZONAS DEL APOCALIPSIS

 

    Un rotativo matutino ha destacado, a propósito del Juicio a Garzón:

    "la portavoz parlamentaria del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, se limitó a la fórmula ritual de que Garzón "está sujeto a la ley" y debe comparecer "en las mismas condiciones de igualdad". Preguntada por la citación de Garzón, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha afirmado hoy que "sería un disparate" decir "por principio" que un juez está excluido de la aplicación de la Ley. "Los jueces están sometidos al imperio de la Ley como lo están el resto de los ciudadanos, ya que son los aplicadores de la Ley", ha manifestado en Onda Cero."

    Saenz de Santamaria, Ana Mato, Cospedal, Esperanza Aguirre o Rita Barberá, las cinco jinetas del Apocalipsis pepero, parecen así, a bote pronto, por esa impronta imperativa que acompaña a los de su laya, que hubieran elegido por si mismas, per se, irse de la lógica democrática, abrazar la sinrazón de motu proprio, incendiar ruedas de prensa o sesiones de control al Gobierno, en el Congreso. Su visceralidad faltona es propia de quien, como el partido que portvocean, ha sido descubierto en renuncio y sintiendose aun dueños del cortijo España, quiere paralizar con sus embestidas falaces, a quienes les demuestran pacientemente, razón tras razón, que el juego se ha acabado, que les han "pillao con el carrito del helao".

    Sin embargo, muy probablemente el camino hacia ninguna parte, en el que podrían estar atrapadas, se inició, como en todos los seres humanos, en el periodo de nuestra más tierna infancia, esos seis primeros años que diseñan el hard ware que acarrearemos, año tras año, y al que, ante cualquier momento de crisis, volveremos a recordar, a activar, de forma automática. Si, entonces aprendieron algo falso: que la mejor defensa es un buen ataque.

    Pero claro, yo no soy psiquiatra, sino simplemente una ciudadana alerta, a la que no le cuesta nada imaginar, que la infancia y la madurez de esas cinco mujeres, debieron desarrollarse en familias franquistas, nacional-católicas, donde los niños -y mucho mas las niñas - eran tratados como objetos que justificaran, en su proliferación, la "necesidad" de incautar el patrimonio de los republicanos, que enviaban – sin juicio – al fondo de una fosa secreta. Esa fué la sangrienta vía elegida por sus parientes, para entrar en el club analfabeto de los Nuevos Ricos & Famosos, de los años cincuenta.

    No fueron tratadas como seres humanos esas niñas, sino como justificación y asiento del torcido derecho franquista de aquellos años. Sus Tribunales, han sido anulados en diciembre de 2007, por la Ley de Memoria Histórica, que aprobó el Congreso y sanciono el Rey, hace ya dos años, aunque el PP se obstine en ignorarlo, y además en un paroxismo infáme, ha enviado al Juez Garzón, a los tribunales, acusado de prevaricación, por razonar en un Auto, los crímenes de lesa humanidad de los parientes del PP.

    De misa diaria, alguna de ellas, han abandonado los mas elementales principios feministas, y se oponen tajántemente a los nuevos derechos que hemos encarnado las mujeres, desde la vuelta de la nomenclatura socialista a La Monclóa.

    Hoy querrían tal vez, echar marcha atrás, escindirse del núcleo integrista, neoliberal, depredador, corrupto, que las ha cooptado al poder, como jarrones chinos, pero quizás, "saben demasiado" y conocen bién el tipo de condenas morales, marginaciones, accidentes fortuitos, que acompañan a quienes rompen los juramentos en las Sectas religiosas.

    Siento conmiseración por estas cuatro mujeres atrapadas, no resueltas en toda su plenitud vital, intelectual, que creyéndose hechas a sí mismas, per se, intervienen en público como ídas de su centro más humanista, conviven y son dependientes de obispos, confesores, falangistas, neo-nazis, banqueros y jefes de prensa, que desde su más tierna infancia, han ido haciendo de ellas, las autómatas agresivas, que como portavoces del PP, encanallan la vida política de nuestro país.

 

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