El run run

La gripe y el prestigio de la paz

Nevaba el día que José María Aznar, que luego se volvió belicoso, convocó a los periodistas en la Academia de Ingenieros del Ejército, en Hoyo de Manzanares, para inaugurar el centro internacional de desminado. De paso hacia la instalación, los más viejos del lugar señalaron un estanque con cuatro patos ateridos. Era el sitio donde fueron ejecutados los tres últimos condenados a muerte por Franco en 1975. Sobre el escenario de la crueldad, disfrazado por la charca, el centro de desminado viene instruyendo desde 2001 a decenas de militares llegados de todo el mundo en las técnicas de detección y destrucción de minas antipersona, las municiones más traidoras ideadas por la maldad humana para descuartizar a inocentes. Y en esa noble y callada misión, algún alumno ha traído el virus H1N1 y contagiando a los demás. ¿Arruinará la gripe al centro o triunfará la salud y la paz?

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