Tierra de nadie

Acerca de los tipos de insulto

Insultar es un arte al que se aproximan a diario gentes poco preparadas para el oficio. Schopenhauer lo consideraba el último recurso de la argumentación y hasta escribió un libro sobre el asunto con la práctica que adquirió burlándose de Hegel. A la historia han pasado las invectivas que se lanzaban Churchill y Lady Astor, la primera parlamentaria británica, sin que a nadie se le ocurriera acusar al primero de machista, los dicterios entre Faulkner y Hemingway, o los ya clásicos denuestos que Quevedo y Góngora se cruzaban en sonetos. El requisito fundamental para el insulto es el talento, un bien más escaso que el oro y el coltán juntos.

Siendo esta exigencia imprescindible, los improperios que hemos escuchado en boca del alcalde de Valladolid y del deslenguado académico de la Lengua Pérez Reverte no pasan de simples zafiedades. La obsesión del primero con los "morritos" de Leire Pajín tiene mucho que ver con las secuelas psicológicas que causa reprimirse a lo bruto el onanismo; la del segundo, al emprenderla a hachazos con ese árbol caído que personificaba Moratinos con sus lágrimas desde el escaño, se presume producto de una identificación enfermiza del autor con sus bizarros personajes, que de seguir así obligará al creador de Alatriste a adaptar sus vaqueros a la espada ropera, tan española ella, para poder lucirla incluso cuando vaya a hacer la compra.

Las ramplonerías citadas hieren, si acaso, a sus destinatarios, pero existen ofensas colectivas que a lo que insultan es a la inteligencia. Esta vertiente de exabrupto tiende a considerar que el personal está compuesto por imbéciles o por compulsivos compradores de motos, que viene a ser lo mismo. Son tan cotidianos que no pasa una semana sin que alguien se empeñe en prepararnos para el desayuno una rueda de molino con la mejor de sus sonrisas.

Ayer fue el turno del secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, quien presentó como un éxito inenarrable la regularización fiscal por la que se han ingresado 260 millones de euros procedentes de las cuentas secretas en Suizas de 659 presuntos evasores fiscales. Unos señores sacan del país 6.000 millones de euros y, en vez de a la Policía, se les envía un formulario para que hagan una complementaria y pasen por caja si les viene bien ¿Es o no es un insulto?

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