Bocacalle

La lección de Nadal a la delegación olímpica

Se filtra el guión de Ana Botella ante el COI  

Aconsejo a quienes lean el guión seguido por la alcaldesa de Madrid en Buenos Aires tal como figura en el precedente recuadro, a que lo hagan al unísono que escuchan la voz de Ana Botella, tal como sonó su inglés en el discurso que pronunció para estimular a las autoridades del Comité Olímpico Internacional. Es de lamentar que la ciudad de Madrid no haya sido elegida para celebrar los Juegos Olímpicos de 2020, pues creo que era la capital más llamada a hacerlo por méritos propios, pero es igualmente deplorable el triunfalismo mediático desatado por políticos, periodistas y deportistas y exdeportistas antes de que esa posibilidad fuera un hecho. Resulta asimismo impropio de un país como el nuestro, con casi seis millones de desempleados y una dura crisis económica sobre sus espaldas desde hace años, que haya sido tan profusa la delegación de reporteros de medios públicos, deportistas, exdeportistas y políticos que durante algunos días más de los previstos para la celebración del evento, han permanecido en la capital argentina. Rafa Nada, el magnífico tenista español que acaba de ganar al número 1 del mundo en el Abierto de Estados Unidos, acaba de darles una lección a quienes permiten esos dispendios, al negarse a utilizar un avión privado que le ponía la Federación Española de Tenis para disputar la Copa Davis: "Tal y como está el país no creo que sea el momento de hacerle pagar un viaje al Estado",  dijo Nadal.  Sin embargo, numerosos políticos regresaron a España desde Argentina en el "jet" de Florentino Pérez y en el avión de Mariano Rajoy, incluida Ana Botella, que dejó tirada a la delegación española que venía en el más incómodo vuelo regular, también pagado con dinero público, según información facilitada por Un Espía en el Congreso. "Y es que en Buenos Aires, independientemente del ridículo final -asegura ese mismo cronista-, se vivió una larga "fiesta" con cargo al contribuyente español: estancias en hoteles de cinco estrellas, opíparas comidas en el Hotel Hilton y ministros, asesores, alcaldes y hasta concejales que se apuntaron a la fiesta".

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