Sombreros de colores

Pagarán más los más enfermos, y por adelantado

El Decreto-Ley de medidas urgentes impuesto por el gobierno y aprobado por el Congreso de los Diputados para ahorrar 7.000 millones de euros en sanidad, empeorará la vida y la salud de muchas personas. Y además, no conseguirá el ahorro deseado sino todo lo contrario, según explican muchos expertos.

Entre las medidas que recoge el Decreto-Ley del pasado 24 de abril, se encuentran los cambios sobre la aportación a la prestación farmacéutica que tendremos que pagar los pacientes a partir de ahora.

Las personas pensionistas tendrán que pagar el 10% de los medicamentos que necesiten. Posteriormente, según la cuantía de su pensión, se les devolverá lo que exceda de un tope de 8 euros al mes, fijado para las pensiones más bajas y 60 euros/mes para las más altas. Hasta ahora, los medicamentos para los pensionistas, han sido gratuitos en el momento de necesitarlos y se han financiado a través de los impuestos (también de los pensionistas)

El resto de personas con derecho a la prestación farmacéutica, que desde la entrada en vigor de este Decreto ya no somos todos los ciudadanos sino solo los "asegurados" (se excluyen a los mayores de 26 años que no han trabajado nunca y a los inmigrantes "sin papeles"), pagaremos entre el 40 y el 60% del precio de cada medicamento, en función de la renta. Hasta ahora, la aportación era del 40% y los medicamentos de largo tratamiento tenían un coste reducido, también para las personas "en activo".

Además, y con el mismo esquema de aportación, los pacientes pagaremos las prestaciones ortoprotésicas, los productos necesarios en dietas especiales y el transporte sanitario no urgente. Y todo esto, insistimos, por adelantado.

Somos conscientes de la necesidad de reducir el déficits público, pero no así: dejando sin el derecho a la asistencia sanitaria a miles personas y exigiendo aportaciones sobre servicios y productos, como los que hemos señalado antes, por los que los pensionistas se han pasado la vida cotizando, en la confianza de que cuando los necesitaran y sus ingresos fueran menores, no tendrían que volver a pagar por ellos.

Nuestro Sistema sanitario, referencia y modelo para muchos países de nuestro entorno, se ha financiado a través de impuestos. Este mecanismo asegura que aporte más el que más tiene. Pasar de este MODELO (con mayúsculas), que se basa en la solidaridad entre personas (ricos y pobres, jóvenes y mayores, sanos y enfermos), que busca la equidad como valor fundamental y que garantiza protección y cuidado a quien lo necesita, a un modelo en el que pagará más el que esté más enfermo y en el que solo recibirá atención sanitaria el que cotice o el que pueda pagarla, nos parece un RETROCESO lamentable, injustificado, que viola la equidad, sin base científica o evidencia y cargado de ideología (contra del Estado del Bienestar).

Estamos convencidos de que se puede mejorar la eficiencia del Sistema sanitario, sin recurrir a medidas que dejarán a miles de personas sin atención sanitaria (¡menos mal que muchos profesionales ya se están declarando insumisos!), que obligan a los enfermos a pagar más que el que tiene la suerte de estar sano y que llevarán a nuestro Sistema sanitario de vuelta al pasado, a la época de la beneficiencia y de una sanidad para ricos (que saldrá más cara) y otra pobre, para los pobres.

Hay otras medidas, más eficaces y más equitativas.

  1. Se puede modificar el sistema fiscal para contribuir entre todos y en función de la renta a mantener el Sistema sanitario
  2. Se puede extender el uso de la receta electrónica a las comunidades que no la tienen (la mayoría)
  3. Se puede ajustar el precio de los medicamentos como intenta la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía y el Gobierno central se opone
  4. Se puede mejorar la prescripción farmacéutica
  5. Se pueden potenciar las alternativas asistenciales a la hospitalización tradicional (muy cara y no siempre necesaria)
  6. Se puede ganar en eficiencia energética en los centros sanitarios
  7. Se puede apoyar la formación de pacientes para que puedan auto–controlar sus enfermedades, con menos medicación, con menos vistas al médico y con menos ingresos
  8. Se puede...

Las medidas que impone el Decreto Ley recién aprobado, sin consenso, sin un PACTO por la sanidad tan necesario, castigan a los enfermos, que son los que pagarán los millones que se quieren conseguir, como si el hecho de padecer una enfermedad y tener que tomar una medicación fuese una iniciativa personal que haya que desincentivar.

Pagarán más los que más consuman, es decir, pagarán más los que más medicamentos tomen. Pagarán más los más enfermos. Y por adelantado.

 ¿Podrán todos los enfermos asumir este coste, sabiendo que muchos de ellos son pacientes crónicos, que necesitan tomar varios medicamentos y que viven de una pensión baja? ¿Podrán adelantar este pago hasta que el Estado (aseguran que antes de 6 meses) les devuelva lo adelantado?

Desgraciadamente, a partir de ahora, ser pobre y estar enfermo, van a ser dos variables que se alimentarán mutuamente, porque el Gobierno habrá destrozado el sistema que teníamos en España para amortiguar los efectos de las desigualdades sociales en la salud: habrán destrozado la capacidad del Sistema sanitario para evitar que el ser pobre te lleve a estar más enfermo y que el estar enfermo te haga más pobre.

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