Otras miradas

Por la reposición del memorial de la Almudena

Luis S. Fernández Contreras

Coordinador Mesa de Memoria Histórica. Distrito de Latina (Madrid)

Destrucción del memorial histórico inacabado en el cementerio de La Almudena
Destrucción del memorial histórico inacabado en el cementerio de La Almudena.

A nuestros familiares que defendieron la República, el gobierno legítimo que había en 1936, hoy en día les siguen matando, humillando y volviéndoles a matar perdiéndoles el respeto. Da igual esté quien esté en el gobierno, sean partidos de derecha o partidos progresistas; les han vilipendiado y han usado su nombre para utilizarlo políticamente cuando les ha dado la gana.

Mi abuelo fue el primer alcalde Republicano de Fuenlabrada y, sólo por ello, fue fusilado en agosto de 1940 en las tapias de la necrópolis del Este, hoy conocida como Cementerio de la Almudena. Él fue uno de esos cerca de tres mil asesinados  por pensar de forma diferente a los vencedores, y que fueron juzgados en esa especie de juicios farsa (trataron en consejos de guerra a ciudadanos civiles) en los que nada tenía que ver lo que decían sus cobardes delatores con lo que opinaba la mayoría de las gentes de los pueblos de donde venían. La historia que nos tejemos a nosotros mismos es la misma que nos interesa tejernos, pero basta investigar solo un poco y descubres la verdad.

Los vencedores han sabido defender a sus asesinos, pero nosotros, los vencidos, no hemos sabido defender a nuestros asesinados. Hay una memoria histórica que es la de ese bando vencedor y una DESmemoria histórica que ha sido la del bando perdedor. Y todo ello a pesar de que los que nos acusan de "reabrir heridas" son, en muchos casos, los propios familiares y herederos de los que las abrieron al levantarse en armas contra el gobierno legalmente establecido por las urnas.

El proyecto del memorial del cementerio del Este fue paralizado el pasado mes de julio, y destruido y vandalizado posteriormente por orden del alcalde de nuestra capital, cuando ya se había completado más del 80% de las obras y colocadas las estelas en las que aparecían inscritos la casi totalidad de los  nombres de las 2.937 personas ejecutadas en aplicación de las sentencias de esos consejos de guerra, desde el 6 de mayo de 1.939 hasta el 4 de febrero de 1944, en las tapias de esa necrópolis. Ha sido sustituido por una inscripción dedicada a "todos los madrileños que, entre 1936 y 1944, sufrieron la violencia por razones políticas, ideológicas o por sus creencias religiosas" argumentando que el Memorial incumple lo acordado por el Comisionado de Memoria Histórica, según el cual ese sitio debería ser de encuentro y no sectario y de revancha.

El alcalde de Madrid con su rencor y venganza hacia los que combatieron el fascismo, SÍ que ha reabierto la herida, y no solo se ha conformado con ello, sino que además la ha gangrenado, la ha infectado y la quiere necrosar al mezclar la historia y los sentimientos de los propios asesinos con la de los asesinados en "nuestra" tapia (que es nuestro verdadero monumento). Se imaginan que en un monumento a las víctimas del terrorismo de ETA no se contara con sus víctimas, o, mejor, ¿se imaginan en ese mismo monumento homenajeando a sus asesinos junto a esas víctimas, porque el ayuntamiento así lo decidiera? Pues eso es lo que han hecho en la Necrópolis del Este. Mezclar asesinos y asesinados, juntos, en una sola frase.

Pido desde esta tribuna la dimisión del alcalde por actos como éste. Aunque todo comenzó con la anterior alcaldesa, Manuela Carmena, al autorizar y dar luz verde a un Comisionado en el que solo uno de sus miembros era experto en materia de Memoria Histórica, y ninguno de ellos ni perteneció ni había pertenecido a ningún colectivo memorialista ni de víctimas del Franquismo... Ese Comisionado PARA LA MEMORIA HISTÓRICA fue presidido por una Abogada muy amiga de la alcaldesa y estaba compuesto por una arquitecta, un catedrático emérito de Historia (negacionista e impuesto por Esperanza Aguirre), un sacerdote (incluido a sugerencia del arzobispo de Madrid), una catedrática de Filosofía, un novelista y un catedrático emérito y exdirector del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.

Sin embargo se forzó la renuncia del grupo de trabajo de la cátedra de Memoria Histórica de la Universidad Complutense de Madrid, presidido por Mirta Núñez Díaz-Balart, con el que  se había acordado la elaboración de un plan integral de Memoria para Madrid. La falta de valor del anterior consistorio apartó a la señora Nuñez y al grupo, y los resultados los vimos en su momento. De cerca de 250 calles solicitadas para el cambio de denominación por connotaciones con el pasado franquista, solo se pudieron cambiar 52 y de ellas, varias siguen en tribunales, años después, por alegaciones de Legionarios y de Fundaciones dedicadas a la exaltación del Genocida. De aquellos barros estos lodos con los que nos rebozan indecentemente por la cara los franquistas que nos gobiernan en la actualidad.

A esta gente no les mueve nada más que el rencor y su sectarismo fascista porque, en cambio, SÍ que este nuevo ayuntamiento contempla la construcción de un monumento a Millán Astray y a centenares de quintacolumnistas franquistas acusados de numerosos asesinatos y sabotajes contra la República.

Siguen menospreciando tanto a nuestros fusilados, como a nosotros, sus familiares, y pongo dos ejemplos recientes, el primero y más sangrante, la propia destrucción de los nombres ya puestos en el memorial lo que nos produjo un nuevo daño emotivo y moral por la injusticia de esa medida tan innecesaria como antidemocrática de este alcalde, el segundo es de carácter anecdótico, hace poco, a finales de octubre, la ministra de justicia nos entregaba personalmente en la misma tapia donde fueron fusilados nuestros familiares, un escrito de "reparación moral de reparación y reconocimiento personal" de nuestros muertos. Un papel, por desgracia, mojado ya que no sirve absolutamente para nada, ya que mientras no se deroguen y anulen los seudo juicios franquistas nuestros abuelos, bisabuelos, nuestros familiares seguirán siendo, a día de hoy, delincuentes que fueron juzgados y pasados por las armas injustamente.

De igual manera que se ha olvidado a los miles de huesos perdidos en el osario de la misma necrópolis y que un corrimiento de tierras en 2.017 dejó expuestos una multitud de huesos, los mismos que, según el partido popular, habían sido incinerados en el crematorio del cementerio de Carabanchel. A día de hoy el estado de deterioro es tal que será prácticamente imposible identificar esos restos según indican antropólogos forenses. Incluso llegó a creerse de que esos restos fueron trasladados a Cuelgamuros.

Hay otro ejemplo de negacionismo de la dictadura franquista, y aventuro que no será el último,  la eliminación por este mismo ayuntamiento de la partida que la anterior corporación había aprobado para la creación de un memorial de la cárcel de Carabanchel, destinando la misma a la compra de vehículos para el transporte de caballos de la policía municipal.

Desde esta tribuna también reclamamos que el memorial del Cementerio del Este se reconstruya según lo acordado, y aprobado, por el propio Ayuntamiento de Madrid en la anterior legislatura, con la restitución de las placas donde figuran los nombres de nuestros familiares asesinados, porque mientras ello no ocurra, no habrá ni verdad, ni justicia, ni reparación para ellos. Podrán borrar sus nombres de las paredes, pero nunca lograrán borrarlos de la historia.

Porque fueron, somos; porque somos, serán.

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