Carta con respuesta

Menard contra Funes

Leo en el diario en el que usted colabora, bajo el rótulo de Efemérides y en la sección de Culturas, un titular llamativo: ‘La URSS invade Checoslovaquia y Hungría en 1944’. En el breve desarrollo que sigue se lee que "El 24 de septiembre de 1944 el Ejército de la URSS liberaron del yugo nazi Checoslovaquia y Hungría, que se convirtieron en regímenes comunistas aliados de Moscú". Dejando aparte la falta de concordancia gramatical, la falta de coherencia entre titular y noticia y la ignorancia sobre historia de Checoslovaquia en la inmediata postguerra, me sorprende esta forma de titular. ¿Es una nueva moda? Leeremos pronto, cuando las efemérides se refieran al cinematográfico día D y semejantes algo así como ‘USA invade Francia e Italia, que se convirtieron en regímenes capitalistas aliados de Washington’. ¿Así se escribe la Historia? ¿Esta es la cultura que se nos viene encima?

EULOGIO CADENAS GONZÁLEZ MONDOÑEDO (LUGO)

Usted es de la cáscara amarga, verdad? Hay un disparate gramatical, pero la noticia es impecable. ¿La URSS liberó Checoslovaquia y Hungría? ¡Ja, sólo para someterlas a la bota bolchevique! Es el patentado abrazo del oso ruso: a la par que libera, esclaviza. Lo sabe todo el mundo, salvo los monederos falsos de la Historia, como usted.

Refiere Borges la heroica tarea de Pierre Menard, que escribió el Quijote en pleno siglo XX y comenta la enorme diferencia entre el capítulo nueve de la primera parte escrito por Cervantes o por Menard. Ambos dicen: "La verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo porvenir". Donde Cervantes escribe un elogio retórico algo hueco, Menard formula un visionario programa político socialdemócrata. Comenta Borges: "La historia, madre de la verdad; la idea es asombrosa. Menard no define la historia como una indagación de la realidad sino como su origen. La verdad histórica, para él, no es lo que sucedió; es lo que juzgamos que sucedió". Así se escribe la historia, sí: para producir la verdad, es decir, para inventarla.

Con la liberación de Hungría y Checoslovaquia, la URSS violó a la Historia y la dejó preñada de una monstruosa verdad futura, un nasciturus sombrío. Puesto que no se abortó a tiempo aquel sórdido embarazo, la Historia gestó el feto y acabó pariendo el yugo comunista. ¿Liberación? Sólo hasta cierto punto, pues es una liberación ya preñada, grávida, encinta de un nasciturus al que tenemos que considerar, desde ese mismo momento de la concepción, un ser vivo con todos los derechos. Usted siga así, sin entender a Pierre Menard, siga con "su implacable memoria" y acabará como Ireneo Funes, el memorioso: no digo más.

Más Noticias