Trabajar cansa

¡Cuerpo a tierra, nos atacan!

"Nada de lo que está ocurriendo en el mundo, editoriales incluidos, es casual o inocente. Todo responde a un objetivo." -José Blanco, ministro de Fomento- 

                      

A ver, paso lista: ¿estamos ya todos asustados, o falta alguien? Pensionistas, trabajadores, parados, ahorradores, inversores, hipotecados... ¿Hay alguien que todavía no tenga miedo? Que dé un paso al frente, que yo mismo le doy el susto.

Por si teníamos poco con lo de dentro, ahora también nos meten miedo con lo de fuera. No hay más que oír el grito de estos días, repetido por el Gobierno, los editoriales de prensa y hasta magnates como Botín o Alierta: ¡Nos atacan! ¡Los especuladores vienen a por nosotros! "Van a por España", titulaba un diario. "Una campaña perfectamente orquestada", dijo ayer José Blanco. ¡Cuerpo a tierra!

Según esta teoría, los mismos lobos que causaron la crisis han puesto ahora sus ojos en la tierna España, un cervatillo herido al que hincar el colmillo. ¿Y para qué quieren desestabilizarnos? Para ganar más, dicen unos. Para frenar los intentos de regulación del mercado, dice Blanco, como si España encabezase la refundación del capitalismo.

No digo que no sea así. Pero los lobos, con sus dentelladas, no sólo pueden cepillarse la confianza de los inversores, el valor de las empresas o las posibilidades de reelección de Zapatero. Donde de verdad pueden causar estragos es en los derechos sociales. Estos días, entre susto y susto, ya hemos abierto dos melones duros: el de las pensiones y el de la reforma laboral.

La versión castiza del "capitalismo del desastre" de que habla Klein en su Doctrina del shock puede ser ésa: un gobierno acorralado, dispuesto a todo para no ahogarse. Y una ciudadanía asustada, al borde del precipicio, que pida ser salvada al precio que sea. Aunque sea al precio de un recorte en las pensiones y una reforma laboral que de otra manera no serían fáciles. La encuesta de ayer de este periódico muestra cómo ha calado en los ciudadanos la consigna de que el sistema de pensiones necesita reformarse para sobrevivir.

Puestos a hablar de conjuras, yo veo una para apretarnos más las tuercas. Falta saber si el gobierno está en el ajo, es una víctima más, o no se entera de nada. Veremos.

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