Trabajar cansa

¿Fracaso, fracasito, semifracaso... o semiéxito?

"Si la gente sale a la calle verá que están abiertos los comercios, las farmacias, los centros de salud; que todo funciona con normalidad." -Francisco Granados, Consejero de Presidencia de Madrid-

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Dije hace unos días que algunos diarios seguramente tendrían ya escrita la portada de hoy desde una semana antes. Sin embargo, parece que se la van a tener que tragar. El deseado titular a toda página de "La huelga fracasa" ha tenido que ser desplazado por el menos entusiasta de "Los sindicatos no logran paralizar el país", que no es lo mismo (*). Así que el fracaso largamente anunciado se queda en fracasito, o en semifracaso, que sería como decir semiéxito.

Los trabajadores no hemos paralizado el país entero, es verdad. Teniendo todo en contra, sólo hemos conseguido paralizar la gran industria, cerrar los polígonos, bloquear los mercados centrales, dejar los transportes en mínimos, la basura sin recoger y los grandes puertos sin movimiento, bajar el consumo eléctrico a niveles de domingo, poner varias televisiones en negro y otras con programas enlatados, y llenar las calles con manifestaciones. Nada, poquita cosa si no conseguimos paralizar hasta el último rincón del país.

No, lo de ayer no fue el 14-D de 1988. Con las huelgas pasa como con las manifestaciones, que si usas como comparación las históricas manis de a millón, sacar a la calle a 30.000 parece una birria. No, ayer no hubo calles desiertas y comercios cerrados, no se paralizaron las ciudades sino las fábricas y las zonas industriales, todos esos sectores cuya visibilidad suele ser escasa, y cuya huelga por tanto también se ve poco.

No la ven los ciudadanos, pero sí la ve el gobierno, que para valorar la huelga no se habrá fijado sólo en las cafeterías, los supermercados y las oficinas, sino que, por la cuenta que le trae, habrá tomado nota del paro de millones de trabajadores. No tardaremos en comprobarlo.

Mientras tanto, sólo hay algo claro: que ha salido mejor de lo que esperaban los convocantes, pero sobre todo mucho mejor de lo que auguraba el piquete mediático antisindical. Y visto el ambiente previo, diríamos que no ser un fracaso ya es un éxito. Por supuesto, la huelga de ayer deja muchas lecciones que los sindicatos y los trabajadores en general debemos atender. Pero eso será mañana.

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(*) Actualización a las 8 a.m.: pues no, no se la han tragado y, como anticipábamos días atrás, han mantenido inamovible la portada planeada. Si ayer, al escribir esta columna, las ediciones digitales de los diarios parecían dudar a la hora de hablar de fracaso, hoy en el kiosco todos han salido con la portada que llevaba días preparada para la huelga, pasase lo que pasase: "Fracaso general" (El Mundo), "Fracaso general" (ABC),  "Falla la huelga" (El Economista), "Derrota sindical" (Expansión), "Estrepitoso fracaso" (La Gaceta), y la guinda de La Razón, que une el fracaso con la otra tendencia que también veíamos venir, la de considerar terroristas  a los sindicatos: "Fracaso de la huelga borroka". Bonita unanimidad en la prensa de derecha.

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