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Reelecciones en América Latina

Con frecuencia leo o escucho la aseveración de que el presidente colombiano, Álvaro Uribe, si optase a un tercer mandato, estaría “siguiendo la estela” del venezolano Hugo Chávez y otros mandatarios latinoamericanos de izquierdas que “pretenden perpetuarse en el poder”. Este artículo no pretende teorizar sobre las bondades o inconvenientes de la reelección presidencial, sino recordar cómo empezó la reciente avalancha de reformas constitucionales que han abierto la puerta a la reelección en América Latina. Vaya por delante la conclusión: el proceso no lo iniciaron los peligrosos rojos, sino políticos del establishment que han recibido desde los centros de poder y desde la mayoría de los medios de comunicación el certificado de demócratas intachables.

La espita la abrió Alberto Fujimori, al que muchos aclamaron en su día como el líder que necesitaba América Latina por su supuesta eficacia administrativa y su mano dura contra el terrorismo. En 1990 llegó a la presidencia. En 1993, dos años antes de que expirara su mandato y previa abolición del Congreso, impuso una reforma constitucional que facultó la reelección. Se presentó en 1995, y ganó. Volvió a postularse en 2000, con el argumento de que era su primer intento de reelección tras la reforma constitucional, y volvió a ganar. Al año siguiente huyó del país en medio de gravísimas acusaciones de violaciones de derechos humanos y corrupción. Hoy paga en su país una condena de 27 años de prisión.

Carlos Saúl Menem fue elegido en 1989 presidente de Argentina para un sexenio. Un año antes de finalizar su periodo promovió un cambio constitucional que limitó los mandatos a cuatro años, pero que permitió la reelección. En 1995 se presentó como candidato y ganó, con lo que consiguió permanecer una década en la Casa Rosada. Mimado por Washington, Menem sembró los polvos de los que surgirían los lodos de la economía argentina. Terminó envuelto en escándalos de venta ilegal de armas, recepción de sobornos y depósitos ilegales de dinero en el exterior.

En 2002 llegó Uribe a la presidencia de Colombia. En 2005 logró, en medio de un escándalo de supuestos pagos de sobornos, una reforma constitucional que le permitió al año siguiente ser reelegido por un cuatrienio más. Ahora sus seguidores promueven una nueva reforma que le permita aspirar a un nuevo periodo. El mandato de Uribe se está viendo sacudido por escándalos de violaciones de derechos humanos y corrupción. Las reformas de Chávez, Correa, Morales y Ortega vinieron después.

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