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Las farmacéuticas preparan la tercera dosis mientras gran parte del mundo sigue sin vacuna

Las farmacéuticas preparan la tercera dosis mientras gran parte del mundo sigue sin vacuna
GEORGI LIKOVSKI / EFE

Pfizer y BioNTech, las dos farmacéuticas responsables de la una de las vacunas más efectivas frente a la covid, anunciaron la semana pasada que ya trabajaban en una tercera dosis. Por el momento se trata de un anuncio puramente comercial, pues no han publicado ningún estudio que demuestre que sea necesaria.

En una rara respuesta conjunta, el regulador médico estadounidense (llamado F.D.A.) y el Centro para el Control de Enfermedades (C.D.C) publicaron un comunicado conjunto. "Las personas que han sido vacunadas con una pauta completa no necesitan por ahora una tercera dosis. Para aprobar una dosis de recuerdo se necesita un proceso riguroso con datos de laboratorio y de ensayos clínicos. Seguiremos revisando estos datos y estaremos preparados si la Ciencia demuestra que es necesaria".

Las compañías citan los datos preliminares de un estudio en Israel (el país donde más rápido se vacunó y por lo tanto el lugar donde se tendrán los primeros datos sobre la eficacia a largo plazo de las vacunas). Pero por ahora no existe ninguna publicación científica al respecto.

África: 1.300 millones de habitantes y sólo 50 millones de dosis recibidas 

Mientras las farmacéuticas intentan convencer a los reguladores estadounidenses sobre la necesidad de una tercera dosis, el continente africano sólo ha recibido un 2% de las vacunas necesarias para inmunizar a su población.

Las farmacéuticas preparan la tercera dosis mientras gran parte del mundo sigue sin vacuna

Algunos reconocidos virólogos han respondido con indignación a las intenciones de las farmacéuticas. "En vez de perderos en fantasías de beneficios económicos, ¿por qué no enfocaros en fabricar y distribuir vacunas para el resto del mundo", decía Angela Rasmussen.

Los peligrosos incentivos del mercado

Para las farmacéuticas resulta más rentable vender una tercera dosis a los países ricos que las primeras dosis a países más pobres. Dejar la distribución de las vacunas en manos del mercado crea ese peligroso incentivo.

Imaginad que en España, en vez de vacunar por tramo de edad, se hubiese vacunado primero a quienes 'pudieran permitírselo económicamente'. Nadie lo habríamos aceptado. De hecho, ningún país desarrollado ha hecho así su campaña de vacunación. Sin embargo, si miramos a nivel internacional, la vacunación se ha hecho primero en los lugares que podían pagarla.

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