Al sur a la izquierda

Las llaves de San Telmo

 

Quienes están en estas cosas aseguran que la encuesta que la rama andaluza de la Confederación de Entidades para la Economía Social (CEPES) viene publicando anualmente en vísperas del 28-F rebaja a poco más de siete puntos la ventaja del PP sobre el PSOE. Eso sería dos menos que la ventaja obtenida en las elecciones generales de diciembre, y ello a pesar de que las entrevistas se han llevado a cabo antes de la aprobación de la reforma laboral y de las protestas que ha empezado a desencadenar. Lo decisivo, en cualquier caso, es que la encuesta auguraría que el PP no va a obtener la mayoría absoluta el 25 de marzo. Y si no obtiene la mayoría absoluta, no gobierna. O en eso al menos confía mucha gente.

 

Si los datos de CEPES son como se dice y si la brecha del PP se va acortando, la coalición que dirige Diego Valderas será decisiva para la formación del nuevo Gobierno que tendrá que salir del Parlamento andaluz tras las autonómicas de marzo. ¿Qué hará IU-CA en ese caso? Valderas ha vuelto a decirlo esta semana: "Serán las bases las que se pronuncien en un referéndum". Parece la fórmula extremeña, pero no lo es. Valderas suele decirlo en voz bastante clara, si bien no demasiado alta: el modo en que IU de Extremadura planteó la pregunta a sus bases fue un error que colocó a la dirección federal de la coalición en una posición como mínimo embarazosa.

 

Valderas prevé plantear una consulta popular a las bases formulada de forma que estas no puedan decir que no. Como diría Marlon Brando en El padrino, Valderas quiere hacerles una oferta que no puedan rechazar. No se trataría de preguntarles si quieren pactar con el PSOE, porque en ese caso dirían abiertamente que no: tras la efímera luna de miel entre socialistas y comunistas en el primer mandato de los ayuntamientos democráticos y también, pero menos, en el segundo, las relaciones entre el PSOE e Izquierda Unida han sido, por decirlo suavemente, de desconfianza mutua. Sería más bien una consulta con propuestas programáticas concretas que el PSOE tendría que aceptar si quiere seguir en el poder. En todo caso, si el 25-M le da a la coalición las llaves del Palacio de San Telmo para que las entreguen al PP o al PSOE, ni siquiera el maximalismo revolucionario de Juan Manuel Sánchez Gordillo y su tesis de que pactar con el PSOE es pactar con el diablo tendría razones suficientes para permitir en Andalucía el gobierno de una derecha que controla casi todo el país y que ya está haciendo de las suyas. Y las que le queda por hacer.

 

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