Monstruos Perfectos

La gran conspiración Hilton McCain

Paris Hilton ha estado este fin de semana en Dinamarca, donde ha iniciado la gira promocional europea de su nueva colección de bolsos a la que ha ha bautizado como Confianza. Según ella, porque es algo que todas las chicas que se los cuelguen al hombro van a sentir (toma del frasco, Paulo Coelho, vuelve por otra Jorge Bucay). Según mi opinión, porque Paris demuestra una enorme fe en las buenas artes de su legión de abogados para evitar que las grandes marcas de moda del mundo la vayan a demandar por plagio: los diseños de bolsos de Paris resultan ser un muestrario de horrores que parecen recén salidos de uno de los puestos de falsificaciones de vuittones, chaneles y chloes del Silk Market pekinés para pasar por una cadena de producción donde se les ha sometido a una amputación de logo previa a un trasplante de PH nada neutro. PH de Paris Hilton, por supuesto.

La rubia desheredada ha sabido elegir el momento perfecto para lanzarse a vender sus nuevos engendros contenedores precisamente cuando, tras algunos meses de discreción, acababa de regresar a la senda de la ubicuidad gracias al regalazo de ese vídeo de McCain, donde el candidato republicano trataba de desprestigiar a Obama comparándolo con ella, y que a Paris le vino estupendamente para plantarse el trikini y arrasar en internet con otro vídeo de respuesta donde la starlette entrepeneur encajaba el golpe con una ironía magistral y se postulaba como candidata buenorra con propuestas de gobierno.

Hasta hoy, todo el asunto me sonaba a casualidad bien aprovechada. A una muestra más de los excelentes reflejos de la rubia empresaria y su gabinete de comunicación. A una parishiltonada multimedia más. Hasta hoy, cuando he dado con un dato que me ha abierto los ojos a la realidad: hace unos meses, los padres de Paris, los señores Hilton (otros desheredados), habían contribuído a la campaña del candidato McCain con unos cuantos miles de dólares. Seguramente bastantes menos de los que ya ha ganado su hija con todo el asunto del vídeo, el lanzamiento de su nueva línea de bolsos de autoayuda, y lo que nos rondará la rubia. Si los embajadores de EEUU en Europa llegan a serlo como muestra de agradecimiento por su contribución a las campañas presidenciales, no me parece ningún disparate pensar que el nuevo golpe de efecto de popularidad de la Hilton que firma bolsos y se alquila para eventos tenga que ver con la generosidad de sus papás. Ahí queda eso. Yo, a partir de ahora, me quedo mucho más intranquilo.

"He acabado acostumbrándome a tener una visión exterior de mí mismo, a ser al mismo tiempo pintor y modelo, y no puedo por lo tanto extrañarme de que mi estilo carezca del bendito don de la espontaneidad", reflexiona el narrador y protagonista de Desesperación, de Nabokov. Pero también podrían ser unas declaraciones sesudas de Paris Hilton a un sosias de Jesús Quintero en la Fox. Muchísimo más intranquilo, de verdad.

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