Buzón de Voz

Otra cornada a la España plural

Si la democracia fuera un sistema perfecto de convivencia, el artículo primero de toda constitución prohibiría la posibilidad de prohibir. Para ello, los niveles de educación y respeto al prójimo (humano, animal o vegetal) tendrían que ser infinitamente más elevados. Como la realidad es la que es, 180.000 ciudadanos de una comunidad autónoma tienen derecho a proponer con su firma y DNI que un parlamento decida prohibir las corridas de toros en el territorio de su competencia. Nadie debería escandalizarse por ello si de verdad respeta la democracia y el Estado autonómico desarrollado durante los últimos 30 años.

Es comprensible que se alarmen quienes viven del negocio de la tauromaquia o quienes identifican como arte o tradición cultural lo que otros consideran ejecución lenta de un enorme animal criado y alimentado para tal fin. ¿Por qué el líder de la oposición abre y cierra su vídeo de despedida vacacional con la imagen de un astado? Porque hasta el rabo todo es toro cuando se trata de rentabilizar el miedo a la ruptura de España. No porque existan diferentes regímenes fiscales o códigos civiles o regulaciones de la muerte digna o leyes electorales... No. Todas esas diferencias responden a un recorrido federalista de la España plural que ya dibujaba la Constitución. Lo que pasa es que contra Catalunya se vive mejor y hasta se puede acelerar la llegada a la Moncloa. Al menos eso parecen creer ciertos estrategas electorales.

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