Buzón de Voz

Lecciones de tolerancia

Un pastor protestante con nombre de mal actor y una pistola al cinto es capaz de hacer arder el islam, aunque en 30 años de vida pastoral no haya conseguido más de 50 feligreses. Son cosas de la globalización mediática. Un fanático de Florida amenaza con quemar ejemplares del Corán y provoca la indignación violenta de centenares de miles de fanáticos en otros lugares del mundo. Nueve años después del 11-S, el presidente de Estados Unidos se ve obligado a hacer un llamamiento a la tolerancia, porque millones de norteamericanos (y de ciudadanos de todo occidente) comparten el rechazo del pastor hacia los musulmanes, sin distinción alguna entre creencias religiosas y radicalismos violentos. Obama alerta contra la ola de islamofobia y contra cualquier acto que pueda servir de excusa para dar alas al terrorismo islamista. Quienes jamás dudan de nada por más que se equivoquen tachan de ingenua la tolerancia y atizan el "ojo por ojo". Exigen que se frene por todos los medios a esa gente que sigue viviendo (y es verdad) en la Edad Media. Pero no sólo hay infierno en ese lado. También lo encontramos, como se conoció ayer, en la iglesia católica belga donde hasta hace muy pocos años fueron violados centenares de menores, al menos 13 víctimas destrozadas hasta llevarlas al suicidio, niños de 2 años que sufrieron abusos... y ni un solo sacerdote condenado. Es la ventaja de una sociedad civilizada, moderna, exportable... tolerante.

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