Buzón de Voz

Expectativas y acusaciones

Las expectativas sobre un cercano final del terrorismo de ETA y una normalización de la vida política en Euskadi han venido creciendo en las últimas semanas. El propio Zapatero contribuyó a ello el mismo día en que remodeló el Gobierno, cuando aseguró que "los pasos" que ha ido dando la izquierda abertzale no serán "en balde" (aunque añadió que eran "insuficientes"). Al margen de que esa afirmación fuera o no políticamente oportuna, lo cierto es que ha sido utilizada desde las filas conservadoras para volver a extender sospechas sobre la política antiterrorista del Ejecutivo. Que la izquierda abertzale se haya comprometido (por primera vez en su larga existencia) a no utilizar más vías que las políticas y que haya pedido a ETA un alto el fuego "permanente, definitivo y verificable" son pasos que todos los partidos políticos democráticos venían exigiendo desde siempre. Así que no parece razonable despacharlos como si no se hubieran producido.

Zapatero intentó frenar ayer las lógicas expectativas repitiendo lo que también Rajoy ha proclamado hasta la saciedad: "Es Batasuna quien tiene prisa, no los demócratas". Y reiteró la condición que se le impone para volver a las instituciones: "O rechaza a ETA o ETA desaparece". Son los jueces quienes deben decidir si un partido puede o no presentarse a unas elecciones. Y es Rajoy quien puede frenar (si quiere) las acusaciones que algunos de sus portavoces lanzan sin parar desde que perdieron el poder.

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