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Orígenes del arte

ORÍGENES // JOSÉ MARÍA BERMÚDEZ DE CASTRO

* Director del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, Burgos

El arte se podría definir como la quintaesencia de la cultura, que se alimenta de la fuerza creativa del simbolismo y se impregna con la personalidad y sensibilidad individual del artista. Todas las especies del género Homo han producido una cultura material, que forma parte del registro arqueológico: herramientas de piedra, madera, hueso, etc. También nos ha quedado evidencias directas del uso y dominio de fuego y pruebas indirectas del uso de la piel de los animales o de determinados comportamiento.

Sin embargo, solamente en nuestra especie tenemos evidencias muy claras de la expresion artística. El hallazgo más reciente se ha producido hace poco tiempo en Hohle Fels, en Alemania: una Venus paleolítica con una antigüedad de unos 35.000 años. Pero estas manifestaciones artísticas aparecen nada menos que unos 150.000 años después del origen del Homo sapiens. Bien es verdad que la ausencia de evidencia no es un prueba definitiva de que un acontecimiento no ha sucedido. El hallazgo de pruebas biológicas y/o culturales que conciernen a nuestros ancestros es una cuestión probabilística. Los yacimientos no son abundantes y muchos de los avances culturales, incluido el arte, no se detectan hasta que su uso se generaliza en las poblaciones pretéritas y aumenta la probabilidad de que se produzca su hallazgo. Por ese motivo, cabe la posibilidad de que el arte fuera inventado mucho antes de lo que pensamos.

Así, algunos investigadores han querido ver el origen del arte en poblaciones de hace más de 200.000 años, que todavía fabricaban herramientas achelenses. Es el caso de la Venus de Berekhat Ram, hallada en 1981 en un yacimiento al pie del Monte Hebrón, en los Altos del Golán. Se trata de una posible estatuilla de unos 3,5 centímetros fabricada en roca volcánica y muy afectada por la erosión. También se puede citar la Venus de Tan-Tan, localizada en un yacimiento de sur de Marruecos, en el norte de la ciudad de Tarfaya, cuya antigüedad podría llegar a los 300.000 años. La figura antropomorfa tiene unos 6 centímetros y está realizada en arcilla, con posibles restos de ocre. De ser auténtica, esta manifestación de arte habría sido realizada por una especie de hominino distinta de la nuestra.

Como sucede en todos los ámbitos de la ciencia, los descubrimientos en evolución humana no siempre gozan del consenso general. Este es el caso de las Venus mencionadas y de otros hallazgos similares. Lo que cabe duda es que la región de nuestro cerebro donde residen la capacidades artísticas y creativas y el simbolismo y adquirieron hace unos 30.000 años una complejidad similar a la que poseemos en la actualidad.

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