El pensiero ricorrente

Por Andri Castillo Söderström (@hilocrudo)

Dos ideas me asaltan con frecuencia como si fueran piezas de un puzzle que armo inconscientemente, dos conceptos que me acompañan y que suelen emerger de entre la rumia como trozos de corcho flotante.

Pensiero ricorrente 1: La verdadera riqueza del mundo es su gente, y del valor y la prioridad que le demos a esa humanidad frente a cualquier otro tipo de interés espureo, dependerá la dignidad y la grandeza de lo que somos. También nuestro porvenir.

Pensiero ricorrente 2: La verdadera tragedia con respecto al hambre, la guerra, el sufrimiento de los refugiados o la muerte de miles de inmigrantes en nuestras fronteras es que NO ES INEVITABLE. Lo insoportable es saber precisamente que todo este despropósito tiene remedio y que eso convierte a los gestores de la tragedia y a todos los que les concedemos potestad y margen de maniobra, en responsables y cómplices. Con las dos coordenadas bailándome en la cabeza, desayuno con el aniversario de la muerte del poeta Federico García Lorca, un genio que murió a traición y estúpidamente a manos de gente que vivió su ruindad sin dejar nada a su paso. Murió un hombre pleno y habitado, una criatura extraordinariamente viva, prolífica e inspiradora. Y los verdugos que le ajusticiaron y le sobrevivieron eran, de pies a cabeza, gentuza sin más valor o legado que su miserable existencia. Fue fusilada la flor por un atajo de cardos... Se extinguió la luz ahí donde emergió la bestia embrutecida. Dejó de iluminar nuestro camino aquel espíritu dotado y sensible, y quedó respirando la rata. Sacrificaron al maestro con su lucidez y su consciencia, y se multiplicó la mierda ( o la ignorancia).

Pienso a propósito en la poesía incalculable que se ahoga a diario en los límites de nuestra vergüenza, en la riqueza brutal que se pierde cada día alojada en el espíritu irrepetible de tanta gente que muere a consecuencia de una mera irresponsabilidad política, en toda la fuerza y capacidad que desaparece o condenamos a languidecer en un centro de internamiento, en tanto talento inestimable y desaprovechado de manera infame y absurda. Pienso mucho en la belleza fluorescente y magnifica de todos esos críos que llegan con su potencial intacto como semillas poderosas cuyo porvenir y futura frondosidad solo depende de que seamos justos y cuidemos y alimentemos la flor en lugar del cardo.

¿Cómo no acordarme, en contraposición, de Salvini y sus secuaces? De la monstruosidad que representan y de lo poco que contribuyen a hacer de este mundo un lugar justo, amable y habitable... Me atormento pensando en cómo sobreviven, se empoderan, se instalan y perseveran las cucarachas, los ladrillos y los maleantes, en cómo se ceban y reproducen como liendres los frívolos y los burócratas, los intolerantes y sus ojos inexpresivos de pez. Gente sin brillo que no tiene nada que enseñarnos, que no suma, que solo divide y ensucia.

Qué descompensado quedó el mundo el día que mataron a Lorca, y qué descompensado sigue...

Y yo me esmero en consolar la tristeza de las luciérnagas cansadas, peleando como puedo por defender su lugar y su importancia, y me repito bajito sin descanso para no cansarme yo misma: solo quiero flores a mi vera, solo quiero flores.