A vueltas con la migración esta vez gracias a Junts

La portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras (c), durante el pleno del Congreso de los Diputados, en el Palacio del Senado, a 10 de enero de 2024, en Madrid (España).- Alejandro Martínez Vélez / Europa Press
La portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras (c), durante el pleno del Congreso de los Diputados, en el Palacio del Senado, a 10 de enero de 2024, en Madrid (España).- Alejandro Martínez Vélez / Europa Press

Pues ya estamos de nuevo usando la migración como un caballo de Troya para ocultar en ella otro tipo de intereses. Esta semana se lo tenemos que agradecer a Junts, que empieza su precampaña electoral posicionándose fuertemente con el tema. El partido independentista tiene que compensar la pérdida de casi 140.000 votos en las últimas elecciones generales (de 530.225 en 2019 a 392.634 en 2023). No les vale con el supuesto éxito de poder presionar al Gobierno con sus siete escaños, parece que eso se les queda pequeño. Y así, inspirado quizás por algún análisis interno, Junts ha decidido tirar por la vía rápida y emular a partidos ultraderechistas a los que la opción de posicionarse contundentemente en temas migratorios, sin tener mucha idea del tema, les ha granjeado mucho voto inmediato.

El nuevo órdago del partido de Puigdemont era mus desde el principio, y ellos lo sabían. Las competencias en migraciones están divididas de una forma inamovible porque, entre otras cosas, existe una dependencia con Europa que implica una responsabilidad del Estado nacional. De ningún modo la responsabilidad que detiene ahora mismo el Ministerio del Interior se va a trasladar a los gobiernos autonómicos. Y las otras responsabilidades que se podrían trasladar, como por ejemplo la recepción y la primera acogida, que dependen del Ministerio de Migraciones, no son tareas especialmente populares.

Pero, como suele pasar con los falsos debates migratorios que inician los partidos de la ultraderecha, esta petición de Junts ha sido todo un éxito mediático. Llevamos dos días escuchando muchas sandeces en todas las tertulias, leyendo editoriales, comentando en redes sociales, sobre algo que no tiene sentido y es imposible de realizar tal y como lo ha planteado Junts. Y gracias a esto, Junts ha sido protagonista de nuestro debate público, del mismo modo que lo fue VOX cuando sacaron el cartel de los menores migrantes en el metro de Madrid.

Y en todo este follón, el presidente Pedro Sánchez, que es una bestia política, pues ha aprovechado para colocar discurso en un par de sitios. Este lunes ha sido sonada la entrevista que le ha hecho Íñigo Alfonso con muchas ganas. Pero ni los pertinaces intentos del presentador de Las Mañanas han conseguido sacar al Presidente nada interesante. Pedro Sánchez se escuda en Europa porque le conviene y con ello justifica la desequilibrada política migratoria que lleva desarrollando desde que llegó al poder. Por un lado, una política de fronteras deshumanizada y al servicio de la industria del control migratorio, que lidera Marlaska desde Interior. Es esa política que cierra acuerdos con gobiernos de dudosa calidad democrática, que externaliza fronteras, dejando que otros eviten el paso de migrantes usando incluso el asesinato. Es la política que permite que mueran un centenar de jóvenes sudaneses en nuestra valla de Melilla. Por otro lado está el trabajo fantasma que hizo el equipo de migraciones liderado por Escrivá. Leyes que han permitido regularizar a muchísimas personas, incluyendo a numerosos menores extranjeros no acompañados, como mencionaba hábilmente el presidente durante la entrevista en un mensaje dirigido a gente como yo, que sabe de migraciones.

La semana pasada comentaba en esta columna, a raíz de las crónicas que estaban saliendo sobre Canarias, lo peligroso que es todo este juego de usar la migración para posicionarse en el debate público. Cuando se trata de crear un modelo social próspero, hay que construir sobre el respeto de los Derechos. Solo así se consigue la bonanza social. Y los Derechos, o son para todas o para ninguna.