El buen migrante

Trabajadores españoles con sus modestos equipajes, integrantes de una expedición oficial, agrupados en el andén de la estación.- Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
Trabajadores españoles con sus modestos equipajes, integrantes de una expedición oficial, agrupados en el andén de la estación.- Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Cuando Paco se fue a Alemania lo hizo sin papeles. Le acompañaba Mari Carmen, en este periplo que ya habían realizado varios de sus vecinos del pueblo. Eran los años 60 y el tema de los permisos de trabajo tampoco representaba un gran problema. Fueron a este pueblecito al que iban todas las personas que ellos conocían, a trabajar honradamente en una de las múltiples fábricas textiles de la zona.

Trabajaron muy duro y ganaron mucho dinero. Nunca tanto como la gente de allí que trabaja en otras cosas, pero lo suficiente para tener una casita propia con muchas cosas que en España todavía ni existían. No se mezclaron la población local, porque todas las personas extranjeras vivían en el mismo barrio, y en la fábrica solo había un par de alemanes en los puestos de dirección. Nunca aprendieron alemán porque se volvieron para Galicia, después de 15 años dejándose la vida en las fábricas alemanas.

Echaban de menos su tierra, sus raíces. Su hijo mayor murió cuando volvieron. Se puso enfermo y no llegaron a tiempo al hospital que, por otro lado, no tenía las capacidades técnicas necesarias. Si se hubieran quedado en Alemania, el niño habría sobrevivido. Pero no se puede pensar en lo que una hizo que no se puede cambiar, me dice Mari Carmen. Ahora son parte del núcleo de las fuerzas vivas de un pueblo sin juventud de la ría de Arousa. La droga, las mareas rojas y la escasez de pesca están convirtiendo el pueblo en un "resort" de veraneo.

Si alguien se molestara en hacer una encuesta entre personas migrantes sobre cómo ven su futuro es muy probable que saliera que la gran mayoría se ve de vuelta en su lugar de origen. Es muy difícil migrar, y los comienzos en otro país son complicados y llenos de tristeza y morriña. Hace falta una fuerza física y emocional enorme. Por eso, la gran mayoría de la gente que migra, es joven. Por eso, la mayoría de la gente civil que se ha quedado en Ucrania, tiene más de 70 años.

Otra de las cosas que caracteriza a la gente que migra es que, por lo general, suelen querer trabajar, como Mari Carmen y Paco. "¿Para qué te vas a ir a otro sitio que no es tu hogar si no es para trabajar?", me comenta Mari Carmen, sonriendo. Si alguien se tomara la molestia de hacer una encuesta entre los chavales menores, mal llamados MENA, que están en nuestro país sin papeles, sin duda le saldría que lo que quieren es regularizar su situación para poder trabajar y volver a su casa a ver a su familia.

Muchos de esos chavales conseguirán su objetivo pero otros muchos se quedarán por el camino tras sufrir abusos y vejaciones en los centros de acogida para menores. Esos centros son destructivos para todos los chavales, sean extranjeros o españoles, solo que a los de fuera los atan más a las camas que a los autóctonos, porque al fin de al cabo, son la parte más baja de la pirámide.

Nos intentan hacer creer que nos estamos enfrentando a un hecho histórico sin precedentes en el que hordas de migrantes malos atacan nuestros espacios vitales. Los migrantes buenos fueron nuestros abuelos. Algunos migrantes, siempre abuelos de otras, no fueron tan buenos. Los italianos que crearon la mafia en Estados Unidos fueron sin duda la excepción, de ellos nadie se acuerda en Italia cuya opinión pública pide a gritos que alguien ponga orden. Todo esto mientras las zonas rurales cada vez más despobladas sufren de una escasez de mano de obra sin precedentes.

Ese es el orden que queremos: militares en las fronteras y países con pirámide poblacional con forma de bomba nuclear. No nos damos cuenta de que lo que es realmente histórico de nuestra época es ese lobo con piel de cordero, ese caos que invierte miles millones en sistemas militares de contención y destrucción aplicados a una población civil que de llegar sana y salva a nuestro países básicamente solo trabajaría como lo hicieron nuestros antepasados en Alemania.