Con negritas

El lunes negro de Jiménez Aguilar

Desde que fue aupado a la presidencia de CEOE, en febrero del año pasado, GERARDO DÍAZ FERRÁN acariciaba la idea de liquidar la herencia de su predecesor. Pero hasta ayer no se sintió con fuerzas para apartar de un papirotazo al único hombre capaz de arruinar sus planes: JUAN JIMÉNEZ AGUILAR, el auténtico albacea testamentario de JOSÉ MARÍA CUEVAS.  Con la fulminante destitución de quien ha sido secretario general durante el último cuarto de siglo, Díaz Ferrán ha soltado lastre, aunque están por ver las consecuencias en los equilibrios internos de la gran patronal.

El presidente lleva meses auspiciando un cambio de los fundamentos de CEOE, que tradicionalmente ha justificado su razón de ser en la defensa de los intereses generales de los empresarios. De la misma manera que UGT y CCOO dicen defender, no a una parte de los trabajadores, sino al conjunto de la clase obrera. Sobre esos principios, unos y otros han levantado las pesadas maquinarias burocráticas que hoy son, gracias a las cuotas de sus afiliados y a los cuantiosos recursos con que el Estado les provee.

Jiménez Aguilar, cuyo historial como gestor de empresas cabe en una simple cuartilla, se sentía muy cómodo dentro de esa CEOE, a cuya cúpula accedió en 1984 y donde contaba con jubilarse dentro de poco. A fin de cuentas, estaba hecho de la misma madera que Cuevas, auténtico muñidor de la organización y líder de su nomenclatura, que ahora, con la liquidación del secretario general, debe de sentirse huérfana de padre y madre.

Nadie podrá alegar, sin embargo, que la noticia le ha pillado por sorpresa: las desavenencias entre los dos primeros espadas de CEOE eran conocidas desde que, coincidiendo con el primer aniversario de su nombramiento, Díaz Ferrán maniobró para quitarse a Jiménez Aguilar de en medio. Éste pudo evitarlo cobrando viejos favores entre algunos influyentes miembros de la Junta Directiva, que lograron persuadir al presidente de la inoportunidad de su decisión, con unas inciertas elecciones generales a la vuelta de la esquina.

Después de las vacaciones de verano, Díaz Ferrán no ha querido seguir esperando y ha removido el principal obstáculo que le impedía proceder a la refundación de CEOE, que en el futuro probablemente se parezca más a un lobby de grandes empresas que a lo que es ahora.

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