¿Le explicamos a estas gentecillas paletas quién es Gloria Steinem o no? Venga, no, ¿para qué? ¿De qué serviría retratar la historia viva del feminismo ante quienes creen que una habitación propia es el cubículo donde duerme la asistenta fija?

¿Qué les contamos a estas gentecillas engalanadas de ignorancia sobre el viaje de la ministra de Igualdad Irene Montero a Estados Unidos justo cuando acaban de echar abajo el derecho al aborto? ¿Qué podrían entender? Y aun más: ¿merece la pena tal esfuerzo?

Propongo, porque (aún) soy periodista, explicarles a quienes todavía leen diarios, escuchan y ven informativos, las razones por las que no cunde el aplauso al viaje de la cúpula de Igualdad del Gobierno español en el momento y al lugar exactos en los que se derrumba el básico derecho al aborto. Pero no lo propongo a los capitostes, sino a las y los currantes del periodismo.

Propongo solicitar educadamente  a los jefes y jefas de Política, Sociedad, Internacional o como se llame ahora el artefacto, que detallen las razones por las que deciden tapar con burla la verdad, la importancia de tal viaje. Sí, eso propongo a redactores y redactoras en medios de todo tipo.

Les propongo que se planten ante aquellos superiores suyos que se ríen de un grupo de mujeres poderosas, valientes, jóvenes y desobedientes capaces de plantarse en el centro del centro del centro del mundo en el momento exacto.

Periodistas jóvenes, redactoras y redactores que asistís a la ignorancia heredera de bragueta vieja y vergüenza ajena, mirad a la cara a vuestros jefes y jefas. Miradles a los ojos murmurando Gloria Steinem, Gloria Steinem, Gloria Steinem. No pido que les expliquéis quién es ni qué supone sentarse con ella justo en este momento en Estados Unidos. Sencillamente y de esa manera que lleváis tiempo callando y ellos no conocen, preguntadles fingiendo --sí, fingiendo-- candidez, por qué lo hacen.

Por el camino pierdes muchas cosas. Y otras, bastantes menos, te salvan.

Eso propongo.