Posibilidad de un nido

Prefiero pasar frío

La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 1 de diciembre de 2022, en Madrid (España). -Alejandro Martínez Vélez / Europa Press
La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 1 de diciembre de 2022, en Madrid (España). -Alejandro Martínez Vélez / Europa Press

Se rompió uno de los cristales de la puerta izquierda del balcón izquierdo. Un salón con dos balcones podría considerarse haber logrado algo. Así fue. Más si cada una de las dos puertas de los ventanales tiene cinco cristales. Buah, veinte cristales cuadrados enmarcados en madera por donde mirar al exterior, a cualquier exterior. La primera vez que los vimos cundió esa efusión íntima que comparten la ansiedad, el enamoramiento y la satisfacción, y que remata un suspiro.

Se rompió justo antes de que llegara el invierno, pero de eso nadie comentó nada. Hay épocas en las que los cristales que se rompen permanecen hechos hueco. Son esas temporadas en las que una se acurruca abrazada a la esperanza de que más adelante las llamaremos "entonces". "Entonces se rompió un cristal y así pasó el invierno". Más adelante también "jajaja, qué tiempos jodidos". Después: "Tu abuela cada Nochevieja decía: 'el año que viene no puede ser peor', pero siempre podía". Y de nuevo "jajaja".

Soy una mujer afortunada, tremendamente afortunada. Soy la mujer capaz de narrar hacia el futuro la realidad de un cristal roto en invierno. Tengo, además, la suerte de no sentir pudor por ello. Ha regresado el silencio a la pobreza. 

Esto anunció el Gobierno hace nada:

"El Consejo de Ministros aprobó el pasado 27 de diciembre nuevas iniciativas para responder a las consecuencias que la guerra de Ucrania está teniendo en la economía española y proteger a todos los ciudadanos, en especial a los más vulnerables.

Entre estas medidas figura el abono extraordinario de 200 euros destinado a apoyar las rentas de las familias de clase media en un contexto de inflación."

Podría fabricar un gracioso remiendo para el agujero que dejó el cristal con la palabra rentas, la palabra familias, la idiocia que encierra ahí el término clase media. Pienso en esas esculturas huecas de Jaume Plensa armadas con letras. Letras soldadas para representar cuerpos humanos vacíos. Me veo engarzando clase media sobre clase media sobre clase media sobre clase media en una bonita celosía de la basura que da fruto al silencio.

Se rompió uno de los cristales de la puerta izquierda del balcón izquierdo y podría repararlo con la idea que el Gobierno maneja de clase media. Pero prefiero pasar frío. No sé, por no callarme.

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