Posos de anarquía

El striptease de Cospedal

"Nunca un partido ha hecho un striptease como el PP". Son palabras de María Dolores de Cospedal, hace tan sólo dos días. La secretaria general del PP se refería al modo en que su partido ha presentado sus cuentas y colabora activamente con la justicia... lo que no está del todo claro es el objetivo de esta colaboración, sobre todo en días como hoy en los que conocemos que los de Génova se deshacen de los registros de entrada y salida de su sede cada mes, por lo que no podrán cumplir con los requerimientos del juez.

Lo curioso del asunto es que desde el PP se justifica esta destrucción de archivos en base a lo estipulado en la Ley de Protección de Datos, pero dicha ley no menciona tal destrucción. Qué cosas, dirán los malpensados, para una vez que el PP puede presumir de cumplir con la ley y esa ley ni siquiera existe. Pero sólo los malpensados.

Sea como fuere, el striptease de Cospedal sabe a poco: si ni siquiera destapa su libro de visitas, ¿qué más podemos esperar? Pues poco, la verdad, pero no se lo podemos echar en cara a Dolores, que ella nunca ha engañado a nadie. ¿O es que alguien esperaba que cuando habla de striptease una persona como ella, tan  amiga de las mantillas y fan de las tradiciones católico apostólico romanas, se refiere a un desnudo integral como es debido? En absoluto, del mismo modo que cuando afirma que "el PP es el partido de los trabajadores" no es que se haya vuelto una comunista irredenta, sencillamente, es que recurre al recurso de la elipsis, omitiendo "precarios y explotados".

Así pues, el striptease de Cospedal ha sido lo esperado: a oscuras, de medio lado y con menos carne al descubierto que un esquimal en el Polo Norte. Más que un striptease, un despelote. Una prueba más de que una cosa es lo que dicen en el PP y otra bien distinta lo que hacen. ¿Por qué sucede esto? ¿Tan mal intencionados pueden llegar a ser? Quizás la propia Dolores nos haya desvelado el quid de la cuestión, FAES mediante, cuando en su último discurso citó al filósofo Wittgenstein y su sentencia "el límite de mi lenguaje son los límites de mi mente". Pues eso, que a buen entendedor, sobran palabras y si no, tan sólo recordar aquellas palabras, pura poesía, de "la indemnización que se pactó fue una indemnización en diferido. Y como fue una indemnización indifi... en diferido, en forma, efectivamente, de simulación, de... simulación, o de... lo que hubiera sido en diferido en partes de una... de lo que antes era una retribución, tenía que tener la retención a la Seguridad Social".

Dicen los expertos de la retórica que no hay peor orador que quien siembra de ideas ajenas sus discursos, quien salta de celebridad en celebridad durante su uso de la palabra para presentarse como intelectual cuando, en realidad, no lo es. Pues bien, Dolores 'striptease' de Cospedal, en un discurso de apenas unos minutos deleitó a la audicencia con nada menos que la mención de Platón, Kant, Wittgenstein, Montesquieu, Locke, el presidente Wilson de EEUU, De Gaulle, Fidel Castro, Ortega (ella omite el "y Gasset" porque hay confianza entre intelectuales) y Aristóteles. A una media de casi una celebridad y media por página... y son siete páginas de discurso a cuerpo 13 y bien espaciadito.

Entendido ahora el concepto de "striptease" de Dolores, ¿comprenden ahora porque con su transparencia no vemos nada, siquiera intuimos algo? Pues eso.

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