Posos de anarquía

La derecha perjudica seriamente tu salud

La derecha perjudica seriamente tu salud
Un conjunto de coches aparcados en el puerto de Barcelona, a 30 de mayo de 2022, en Barcelona. - David Zorrakino / Europa Press

La derecha perjudica seriamente tu salud. Bien podría estar refiriéndome al desmantelamiento de la Sanidad Pública que están llevando a cabo diversos gobiernos autonómicos, pero no es el  caso. La derecha tiene la virtud de priorizar sus riquezas a corto plazo en tal medida que es capaz de amenazar nuestro bienestar desde los más diversos frentes. En esta ocasión, negando el cambio climático y cuán nocivas son las emisiones de gases de efecto invernadero. De otro modo no se entiende su voto en contra de la prohibición de vender vehículos con motores de combustión en Europa a partir  de 2035.

La Eurocámara aprobó ayer el acuerdo al que llegó el Consejo Europeo el pasado mes de octubre para prohibir la venta de estos vehículos contaminantes dentro de 12 años. Más de una década parece tiempo más que suficiente para dar margen a la reconversión del sector, incluso, para que las personas propietarias de este tipo de medio de transporte lo amorticen, pues podrán seguir circulando con él hasta 2050. A pesar de ello, tanto el Partido Popular Europeo como los grupos de extrema derecha y buena parte de los liberales han votado en contra, saldándose la votación con 340 votos a favor, 279 en contra y 21 abstenciones. Por la parte española, votaron en contra el PP, Vox, la eurodiputada del PNV Izaskun Bilbao y el de Ciudadanos José Ramón Bauzá.

Estos votos en contra se producen justo después de que en 2022 hayamos vivido en España otro récord de emisiones de gases de efecto invernadero con más de 288 millones de toneladas, lo que supone un 5,7% más que en 2021. El año pasado, en el que vivimos el verano más caluroso en 107 años con más de 40 olas de calor durante las que se cifraron 5.876 muertes, se constató que somos el país europeo con más riesgo de muerte por calor extremo. A esas defunciones se suman, además, las más de 20.000 muertes prematuras que se producen al año por exposición a la contaminación atmosférica, respirando concentraciones de partículas finas por encima del nivel de referencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

2022 ha dejado tras de sí el peor año de incendios forestales en tres décadas, con las graves consecuencias no sólo en los montes y las personas (con cuatro personas fallecidas, casi un centenar heridas y más de 30.000 desalojadas), sino también en nuestras aguas por contaminación de los ríos por cenizas. Una contaminación que se extiende a los acuíferos cuya sobreexplotación hace que prácticamente  la mitad de las reservas subterráneas de agua esté en mal estado. En suma, un panorama desolador considerando que el año hidrológico 2021-2022 ha sido uno de los tres más secos de la serie histórica, cerrando el año con un 25% de menos lluvias que la media y nuestros pantanos rondando el 40%.

Con este panorama -que todos los estudios pronostican que empeorará-, la derecha votó a favor de seguir impulsando la fabricación de uno de los mayores vectores de contaminación y, con ello, de destrucción del planeta y muerte. Resulta complicado encajar esta decisión, esta postura tan corta de miras que, definitivamente, perjudica seriamente nuestra salud.

Los plazos marcados por la Eurocámara parecen lo suficientemente extensos para que todos los sectores productivos puedan ir preparando su reconversión. Con facturaciones récord por parte de las petroleras, medios nos les faltarán. Además, teniendo en cuenta que hay compañías como Exxon que venían ocultando sus efectos medio ambientales desde la década de los años 70, no hay mucho más que añadir. En cuanto al mundo del motor, su transición hacia vehículos eléctricos o de hidrógeno -con el paso intermedio de los híbridos- hace tiempo que se inició y doce años por delante parecen suficiente acomodo para una transición en absoluto traumática. Los 3.800 despidos que acaba de anunciar Ford, fundamentalmente en Reino Unido y Alemania, probablemente tienen más que ver con el cambio en el modelo de movilidad, entendida como un servicio más que como la propiedad de un vehículo, que con la descarbonización.

No hay datos que sustenten el voto contrario de la derecha; no, al menos, datos compatibles con el bien común. Seguramente habría que indagar más en determinadas cuentas bancarias que directa o indirectamente se nutren a costa de los combustibles fósiles. Hace falta ser muy necio para no percatarse de que de nada servirá una larga lista de ceros en las cuentas bancarias si no queda ni planeta ni salud para disfrutarlo. Afortunadamente y aunque sea a base de bofetadas de realidad, esta miopía generalizada se va reduciendo. Nos va la vida en ello.

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