Posos de anarquía

Marruecos se rearma en plena ofensiva por anexionarse Ceuta y Melilla

Marruecos se rearma en plena ofensiva por anexionarse Ceuta y Melilla
Sistemas HIMARS lanzando misiles que pueden destruir objetivos a casi 500 km de distancia. - Lockheed Martin

Marruecos ha comprado a EEUU 18 sistemas de lanzamisiles HIMARS (High Mobility Artillery Rocket System). Se trata de una de las armas más sofisticadas, que sirve tanto de defensa antimisiles como, muy especialmente, para atacar a más de 480 kilómetros (unas 300 millas) de distancia. No es la única adquisición de material bélico del régimen de Mohamed VI, en plena guerra con el Frente Polisario después de que Marruecos rompiera el alto el fuego en noviembre de 2020. La operación se ha hecho pública apenas unas semanas después de que el presidente del Senado marroquí, Enaam Mayara, hiciera un llamamiento a recuperar las "ciudades ocupadas de Ceuta y Melilla".

La calma tensa que Marruecos mantiene desde hace décadas con Argelia por hacerse con el poder del Magreb no ha escalado de manera alarmante, ni siquiera pese a la vuelta a las armas contra el Frente Polisario. Mohamed VI cuenta con el respaldo de EEUU, de la Unión Europea, de Francia y muy especialmente de España, cuyo gobierno ha avalado su ocupación ilegal del Sáhara Occidental y es cómplice de silenciar la guerra que ya se ha cobrado múltiples vidas humanas, incluidas las de civiles.

Así las cosas, España debería al menos inquietarse considerando que cuenta con el apoyo militar de Israel y sus drones para hacer frente a las escaramuzas que están teniendo lugar en las inmediaciones del Muro de la Vergüenza con el que Marruecos dividió el Sáhara Occidental, minándolo con más de ocho millones de dispositivos explosivos antipersona.

A la compra de los sistemas HIMARS, con el que no cuentan nuestras Fuerzas Armadas, se suman también los planes de adquirir los misiles tierra-aire AGM-154 Joint Standoff Weapon por cerca de 250 millones de dólares. El rearme que está llevando a cabo el régimen alauita convierte al país en una potencia militar en el área mediterránea. La factura la paga Europa, con el pago millonario de acuerdos declarados ilegales por el Tribunal General de Europa como el de pesca, que esquilma los bancos del Sáhara Occidental ocupado.

Se da la paradoja de que España lleva décadas pagando decenas de millones de euros a quien le amenaza, es decir, a Marruecos para, supuestamente, combatir la migración irregular, lo que ha dado lugar a matanzas como la vivida hace meses en Melilla por la que los únicos que han pagado han sido los más vulnerables, quienes arriesgan su existencia buscando una vida mejor y terminan perdiéndola.

Ver las ansias de crecimiento del potencial militar de Marruecos, que antes de estas adquisiciones ocupaba el puesto 61 en el Global Fire Power Index frente al 26 de Argelia o el 21 de España, debería llamar al análisis, especialmente considerando que incluso después de que Pedro Sánchez haya reconocido la ocupación ilegal del Sáhara Occidental, yendo contra el Derecho Internacional, la cúpula de poder marroquí ha insistido en varias ocasiones en vulnerar la unidad territorial de España.

La de Mayara no es la primera amenaza de Marruecos de desear anexionarse Ceuta y Melilla, sin descartar una suerte de Marcha Verde como con la que Hassan II invadió las tierras del pueblo saharaui. La apertura de fronteras y la entrada masiva de más de 8.000 marroquíes en Ceuta en mayo de 2021 fue un ensayo. El régimen de Mohamed VI es desleal, tóxico, traicionero, habiendo hecho caso omiso del compromiso alcanzado con Pedro Sánchez cuando éste vendió al pueblo saharaui y ambos pactaron "no ofenderse mutuamente" en cuestiones relacionadas con la soberanía territorial.

El Gobierno de España no sólo ha respetado el acuerdo, sino que ha adoptado una posición sumisa, aceptando el vasallaje hacia Marruecos hasta el punto de abrir una sede del Instituto Cervantes en El Aaiún, ciudad ocupada del Sáhara Occidental, o negociar la cesión de sus aguas y su espacio aéreo a Marruecos. Mientras, nuestro vecino del sur no ha hecho más que reclamar Ceuta y Melilla, ante lo cual Pedro Sánchez y su titular de Exteriores, José Manuel Albares, han tenido una respuesta muy tibia.

En este contexto y sin una justificación de peso, Marruecos se dota de armamento de última generación, dando un golpe en la mesa como gesto de autoridad. Lo hace apenas a unos meses vista de que el Tribunal General Europeo presumiblemente se reafirme en el recurso y ratifique la ilegalidad de los acuerdos de pesca y comerciales entre la UE y Marruecos en el Sáhara Occidental, y en plena ofensiva hacia Ceuta y Melilla.

Mohamed VI mete presión, tensando la cuerda hasta niveles intolerables. Al mismo tiempo y en plena crisis energética, amplía su capacidad de esquilmar el Sáhara Occidental aprovechando su corredor eólico y su potencial fotovoltaico. La estrategia es convertirse en proveedor europeo de energía limpia en los albores del boom del coche eléctrico a costa de un territorio que no le pertenece. Mohamed VI genera dependencias por la fuerza; lo ha hecho con España y lo hace con la UE; en ambos casos con el aval de EEUU que, llegado el caso, utilizará Marruecos como usó Latinoamérica décadas atrás. 

El nivel de deslealtad, altanería y jactancia de impunidad de Mohamed VI alcanza tales cotas que su rearme debería encender las luces de alarma y sacar al Gobierno de España de su estado complaciente, absolutamente subyugado a los caprichos del sátrapa que, en año electoral español, sin duda moverá fichas.

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